viernes, 31 de julio de 2009

CAMBIOS EDUCATIVOS Y DEMANDAS DEL ENTORNO

Por Luz Bienvenida González, M.A
No todos los procesos de cambio en que se ha visto envuelta la sociedad han sido del todo positivos. A pesar de la expansión esperada con la globalización, la exclusión y la marginalidad siguen siendo fuentes de preocupación en los aspectos sociales, económicos y culturales.
En este contexto, la educación sigue siendo una de las esperanzas para la equidad. El sistema educativo está demandando reformas profundas que le vuelvan a otorgar su papel original de transmisor del conocimiento válido, con calidad y con equidad; reformas que le permitan superar los mecanismos que producen segmentación, para retomar su papel democratizador.
Los problemas por superar, que por los estudios presentados en los diferentes documentos de lectura evidencian que en los países de América Latina y el Caribe, siguen siendo los mismos; se reforma en base a las mismas dificultades por superar y se vuelve al punto original sin satisfacer las necesidades como una especie de círculo vicioso.
Amén de las reformas que han implicado mejoras en cuanto a tecnología, dotación de materiales y equipos necesarios para el sistema, modificación de currículo, capacitación, entre otros, es necesario remover lo existente, se necesita un giro en torno a las reformas, buscar la esencia de la falta de resultados efectivos.
La clave, de ahora en adelante, consistirá en generar organizaciones escolares capaces de aprender ellas mismas. Si los profesores, las escuelas y los sistemas en su conjunto no desarrollan la capacidad de aprender de los éxitos y fracasos de la experiencia pasada, los problemas que se resuelven hoy reaparecerán mañana.
Entre las razones actuales tenemos la necesidad de cambio para recuperar la unidad dialéctica entre enseñanza y aprendizaje, devolviendo al aprendizaje su centralidad como objetivo de todo proceso educativo. Se debe cambiar para restituir al alumno el lugar prioritario dentro del sistema educativo y del proceso pedagógico; para formar individuos que respondan a las demandas de un mundo globalizado y cambiante y por tanto posean una actitud a la educación permanente y de aprender a aprender al colocar el objetivo en el aprendizaje que no se limita a la escolarización, sino que dura toda la vida.
El actual contexto con un mundo globalizado de alguna manera favorece a la educación pues somete a los individuos a una búsqueda constante de profesionalización, a una perfección de su participación en la sociedad con miras a garantizar la permanencia en el sector laborar que cada vez se torna más exigente. Así, globalización y sociedad del saber constituyen dos grandes motores que están impulsando la masificación de la educación superior en América Latina, la cual se expresa tanto a través de los niveles de competencia en los mercados laborales como de la disposición de los hogares a sacrificar rentas y tiempo para capacitarse.
La formación docente y la innovación educativa pueden ser articulados bajo dos líneas de discusión: la relación teoría-práctica y la innovación curricular.
Esta interrelación entre teoría y práctica es lo que se conoce como la praxis educativa, que a su vez, constituye el objeto de cambio de la innovación.
A manera de conclusión se puede afirmar que la articulación entre formación e innovación está mediada por la investigación y significada por la innovación curricular, y estos procesos facilitarían los procesos de innovación en educación lo que constituye el gran reto para lograr un cambio en el sistema educativo.
Es necesario y urgente el cambio que promueva la inserción de la educación en todos los niveles a fin de establecer el vínculo que requieren las demandas actuales en todas las áreas del saber y los sectores productivos, sociales y económicos.


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