martes, 29 de junio de 2010

NATURALEZA RESENTIDA

Por Rosa Anllela Rivas, MA.
(Estas reflexiones surgieron de una observación muy sabia que hiciera mi madre, la Sra. Gloria Rivas, en relación a que la naturaleza está resentida).
En pleno siglo XXI, donde la tecnología literalmente nos arropa, los seres que ocupamos el mundo en este momento, podemos llamarnos “afortunados”, ya que podemos disfrutar la belleza de la naturaleza y las comodidades de la tecnología.
Tomando en cuenta que a finales del siglo XIX y todo el transcurso del siglo XX, con la invención del teléfono en 1876, la energía eléctrica en 1879, el avión en 1903, el televisor en 1923, el televisor a color en 1970, las computadoras en la década del 1940 al 1950, los avances médicos en trasplantes de órganos hasta clonación; podemos decir que el ser humano en su constante búsqueda explota sus conocimientos en busca de facilitar la vida y hacerla más cómoda, en base a las necesidades que se presenten.
Pero hasta que punto “facilitar la vida” a corto plazo nos perjudica a largo plazo. Si analizamos la forma de vida, algunas observaciones son: La contaminación excesiva en el aire que respiramos a causa del humo, el gas, elementos químicos desechados por fábricas de diversos componentes, entre otros, destruyen la capa de ozono (membrana de la atmósfera que evita que los rayos del sol, penetren de manera directa; la tala indiscriminada de los árboles para ser utilizados en las construcciones, la caza de especies que son necesarias para el equilibrio ecológico, comidas enlatadas y jugos concentrados que pretenden sustituir lo natural para facilitar y agilizar la alimentación, y un sinnúmero de causas más, que nos hacen pensar que estamos trabajando para hacer nuestra vida más cómoda pero también más corta.
Si bien es cierto que existen vacunas para enfrentar enfermedades que tiempo atrás nos hubieran causado la muerte; no menos cierto es que el cuerpo humano es más propenso a padecer enfermedades de tipo cardiaco, cáncer, depresivos y otras causadas por el “estrés” a que nos conlleva la vida actual que llevamos.
Si bien es cierto que hay mejores niveles educativos que les permiten a las nuevas generaciones más oportunidades de ser profesionales, no menos cierto es que hay un mayor porcentaje de delincuencia y bajas pasiones en las nuevas generaciones, como la formación de bandas de delincuentes juveniles, consumo de drogas, promiscuidad, etc.
Si bien es cierto que hay más libertad económica en los hogares porque lleva la producción tanto el padre como la madre, no menos cierto es que hay un número mayor de divorcios e hijos descarriados.
Si bien es cierto que se han creado leyes para proteger al niño/a, adolescente y a la mujer, no menos cierto es que es mayor la violencia verbal y física que se presenta contra ellos.
Si bien es cierto que las construcciones son imponentes y las medidas de seguridad grandiosas, no menos cierto es que ante la fuerza brutal de los fenómenos naturales, se vienen abajo como torres de arcilla, causando daños comparables solo a la magnitud de su grandeza.
En los últimos tiempos, los desastres naturales han arropado el mundo entero y cada día los medios de comunicación se hacen eco de las tragedias hasta el punto que muchos han llegado a decir que vivimos el Apocalipsis bíblico. En mi opinión siento que LA NATURALEZA ESTA RESENTIDA, que la tierra se siente herida, los mares violados, que el espacio está congestionado, porque la humanidad en la búsqueda de su propia “mejoría” se ha olvidado de proteger la creación hermosa que nos regaló Dios.
Creemos conciencia de que debemos proteger nuestro ecosistema, ya que la tierra, este globo que forma parte del sistema solar, es nuestro hogar, y no podemos irnos a otro lugar, por lo que debemos respetar lo que hay en él.
Construyamos casas, pero sembremos árboles.
Enseñemos a nuestros hijos a proteger los animales y no usar hondas para matarlos.
Comamos sano con más verduras y frutas naturales.
Dediquemos tiempo a conversar y a orar.
Disfrutemos de los celulares, la internet, los microondas, los avances en la medicina, pero también disfrutemos de la puesta del sol, del amanecer, del saludo a un vecino, a un amigo, de una sonrisa.
Seamos conscientes de que lo todo lo que existe en el mundo es para un fin determinado, que la máquina más perfecta es nuestro cuerpo y lo que nos rodea es para que lo disfrutemos, no para que lo exterminemos.
Como dice el artista Roberto Carlos en su tema “Yo quisiera ser civilizado como los animales”:“Yo no estoy contra el progreso, si existiera un buen consenso, errores no corrigen otros, eso es lo que pienso”.
PIENSALO.

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