miércoles, 29 de julio de 2009

CANCER DE PANCREAS

Dr. Cesar A. Núñez Rojas
La incidencia del carcinoma del páncreas ha experimentado un incremento significativo en las últimas décadas, El 90% son de tipo adenocarcinomas que surgen del epitelio de los conductos excretores del páncreas. De ellos, un 70% se localizan en la cabeza del páncreas. Un 10% son tumores de las glándulas endocrinas, sarcomas y linfomas la edad que se diagnostica es entre los 65 y los 75 años. Es muy raro por debajo de los 50 años, ocupa el cuarto lugar entre las principales causas de muerte por cáncer en los Estados Unidos, por ejemplo un total de casos nuevos y defunciones por cáncer del páncreas en los Estados Unidos en 2008 fueron unos 37.680 de los cuales ya han muerto unos 34.290, un 93%, el cáncer de páncreas no es un tumor excesivamente frecuente (ocupa el 2,1% de todos los tumores), pero su aumento constante desde los años 50 lo ha convertido en centro de atención. Se estima que cada año se diagnostican unos 233.000 nuevos casos en todo el mundo (125.000 hombres y 108.000 mujeres), el 60% de ellos en países desarrollados (Europa, América y Australia). Las mayores incidencias se registran entre la población negra de Norteamérica y de Nueva Zelanda. En Europa, es menos frecuente en el sur, pero mientras que en otros países del continente, sobre todo en los del norte y oeste disminuye, en el sur sigue aumentando A pesar de las altas tasas de mortalidad relacionadas con el cáncer pancreático, la etiología del mismo aún no se comprende bien. La sintomatología incluye: Pérdida de peso: puede ser importante, y habitualmente es debida al déficit de absorción de nutrientes. Se suele acompañar con frecuencia de anorexia (pérdida de apetito), alteraciones en las deposiciones (diarrea) y astenia (cansancio).
• Dolor: generalmente se manifiesta como un dolorimiento sordo en la región superior del abdomen (epigastrio), con episodios de agudización tras la ingesta o estando acostado. Es característica su irradiación hacia la espalda como si fuera un cinturón.
• Obstrucción del conducto biliar: cuando el tumor está situado en la cabeza del páncreas puede llegar a impedir la eliminación de las sales biliares producidas por el hígado al intestino. La retención de dichas sales provoca el aumento de la bilirrubina. Esta sustancia es un pigmento que impregna los tejidos al aumentar sus niveles en sangre, por lo que se produce ictericia (coloración amarillenta de piel y conjuntiva ocular), pudiendo provocar un prurito (picor) intenso.
• Habitualmente la bilirrubina se elimina por el tubo digestivo dando color a las heces. Cuando aparece una obstrucción del conducto biliar la bilirrubina se elimina por el riñón, por lo que la orina puede volverse oscura y las heces pierden color (heces claras).
• Náuseas y vómitos: se producen como consecuencia de la obstrucción intestinal provocada por el crecimiento de los tumores localizados en la cabeza pancreática.
Otros síntomas que pueden acompañar a este tumor son digestiones pesadas e hinchazón abdominal por acúmulos de líquido en el abdomen (ascitis).
Según los casos y la localización del tumor, en ocasiones el cáncer puede manifestarse como: Pancreatitis aguda: al obstruirse los conductos de secreción de los lobulillos, puede provocar una inflamación aguda del páncreas. Diabetes Mellitus: gran parte de los pacientes con cáncer de páncreas, presentan una alteración del metabolismo de la glucosa, que en ocasiones acontece meses antes del diagnóstico del tumor.
El cáncer del páncreas es curable sólo en muy raras ocasiones, teniendo una tasa global de supervivencia menos de 4%, esta tasa de curación más alta se presenta cuando el tumor está verdaderamente confinado al páncreas; pero menos de 20% de los casos se encuentran en este estadio de la enfermedad. En el caso de los pacientes cuya enfermedad está localizada y consiste en cánceres pequeños (<2 cm) sin metástasis a los ganglios linfáticos y sin extensión más allá de la cápsula del páncreas, la tasa de supervivencia a cinco años, después de la resección completa, oscila entre 18% a 24%.
Las mejoras en la tecnología de imágenes, que incluyen las exploraciones mediante tomografía helicoidal computarizada, exploraciones mediante imágenes de resonancia magnética, tomografías por emisión de positrones, (disponible en Estados Unidos y Puerto Rico) reconocimiento mediante ultrasonido endoscópico y la estadificación laparoscópica, sirven de ayuda en el diagnóstico y la identificación de pacientes con enfermedades no tratables mediante la resección. Para los pacientes con cáncer avanzado, la Sobrevida Global en todos los estadios es menos de 1% a cinco años, falleciendo la mayoría de los pacientes dentro del primer año.
Los pacientes en cualquier estadio de cáncer pancreático pueden ser considerados candidatos para ensayos clínicos en Los Estados Unidos, debido a la respuesta desfavorable que logran con quimioterapia, radioterapia y cirugía según su uso convencional. Sin embargo, el alivio de síntomas puede lograrse por medio de tratamientos convencionales. Los síntomas provocados por el cáncer pancreático pueden depender del sitio tumoral dentro del páncreas y del grado de la afección. La descompresión biliar paliativa quirúrgica o radiológica, el alivio de la obstrucción de los conductos gástricos y el control del dolor pueden mejorar la calidad de vida sin afectar la sobrevida global, también se pueden llevar a cabo esfuerzos paliativos dirigidos a los eventos psicológicos con potencial debilitante que están relacionados con el diagnóstico y el tratamiento del cáncer del páncreas.
No se conocen bien todas sus posibles causas, pero sí se sabe con certeza que un 25-30% de los casos se deben al hábito de fumar. De hecho, en países en los que desciende el número de fumadores, desciende también su incidencia. Otro 5-10% de los casos se atribuyen a factores hereditarios, aunque aún no se han identificado los genes responsables. La obesidad, el sedentarismo y la presencia de pancreatitis crónica están muy relacionados con el cáncer de páncreas. El alcohol es la principal causa de pancreatitis crónica, pero un consumo moderado del mismo no se ha asociado con un aumento del riesgo de padecer este tumor. La diabetes tipo 2 parece que se trata más bien de un síntoma que de una causa. Los factores dietéticos seguramente están involucrados, pero hasta ahora los estudios realizados no son muy demostrativos. Se recomienda, como en otros tumores digestivos, seguir una dieta rica en frutas y verduras y con poca carne roja o grasas saturadas. Tampoco se ha demostrado relación con el café ni con la litiasis biliar. Algunos pesticidas y otras sustancias químicas estudiadas parece que son responsables de un número escaso de casos. Se está investigando el papel del Helicobacter Pylori en la etiología de este tumor.
Cualquier cosa que aumenta el riesgo de contraer una enfermedad se llama factor de riesgo. Tener un factor de riesgo no significa que se va a contraer cáncer; no tener un factor de riesgo no significa que no se va a contraer cáncer. Las personas que piensan que pueden estar en riesgo deben consultar esto con su médico.
Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer pancreático son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Independientemente de estos, el oncólogo clínico se encargará de tratar específicamente aquellos síntomas que presenta el enfermo.
Ya para terminar me imagino que muchos de ustedes se preguntaran por que este tumor es tan agresivo, recientemente se descubrió que comprender mejor el microambiente que rodea al tumor, será clave para mejorar la administración de los fármacos, y esto es particularmente en el caso del cáncer de páncreas, cuyas células malignas están rodeadas por una amplia red de elementos extracelulares que se conoce como estroma (una especie de armazón de tejido conectivo, capaz de sustentar los órganos y glándulas del cuerpo humano; o bien una masa tumoral) de tal manera que no permiten que la quimioterapia llegue hasta las células malignas, esto hace que en muchos casos la vida del fármaco (la gemcitabina es el más frecuente) una vez administrado en el organismo se “apague” antes de haber podido alcanzar su objetivo. La clave podría estar en el tipo de vasculatura de este cáncer están configuradas de tal manera que no permiten que la quimioterapia llegue hasta las células malignas. (Oncólogo Clínico - Móvil 809-399-2060)

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