Por Juan Pablo Acosta
La Unión Dominicana de Periodistas por
la Paz Inc. (UDPP), expresa su más alta preocupación por las informaciones de
prensa que dan cuenta de que el gobierno dominicano se propone construir una
base militar, con apoyo económico del gobierno de los Estados Unidos, en la
isla Saona. Esa isla forma parte del Parque Nacional del Este y la construcción
allí de una base militar perjudicará gravemente el ecosistema protegido por la
ley. Es evidente que la construcción de una
base militar en la Saona forma parte del plan de dominación geoestratégico de
los Estados Unidos de América de cara a la posible salida de la base de
Guantánamo en Cuba, territorio injustamente ocupado a la patria de Martí desde
el siglo pasado.
Nuestra institución se une a las centenares
de organizaciones que a nivel nacional se oponen a la construcción de dicha
base, pues la misma es violatoria a la soberanía nacional, todo a la luz del
artículo tres de nuestra Carta Magna. El pretexto infantil que ha dado el
gobierno dominicano de que se trata de un simple “cuartel general” para que la
Marina de Guerra pueda hacer un mejor trabajo en término de la lucha contra el
narcotráfico, es desde todos los puntos de vista ingenuo y falso, puesto que lo
primero que debe hacer el gobierno de los Estados Unidos si desea seriamente
contrarrestar el auge del narcotráfico es impedir la entrada de la droga a su
propio territorio donde hay más de veinte millones de adictos. Además, ningún
poder del Estado puede permitir que una potencia extranjera construya bases
militares en nuestro territorio, debido a que, en primer lugar es violatorio a
la Constitución y en segundo lugar, como sabemos, esa es la avanzada para una
posterior ocupación física del país.
Si el gobierno dominicano desea
construir un cuartel general para la Marina de Guerra, entendemos que puede
hacerlo, pero con sus propios fondos y en tierra firme, en la Romana, por
ejemplo, puesto que, nadie en su sano juicio creerá que la tecnología con que
cuenta Estados Unidos no sea capaz de interceptor las embarcaciones que se
acerquen por el lado de la isla Saona desde cualquier punto del planeta
cargadas de drogas.
Desde que Estados Unidos tuvo que
abandonar su base militar en Puerto Rico ha estado tratando de instalar una en nuestro
territorio. Recordemos que en el gobierno de Hipólito Mejía se habló del tema y
hubo una reacción nacional en contra de ese proyecto.
La instalación de una base militar en la
Saona es un acto de neocolonialismo insoportable en estos tiempos. Nuestra institución
se opone a la misma por considerar que el presidente Leonel Fernández no puede
entregarle parte de nuestro territorio a Estados Unidos con el infantil
argumento de que se trata de un “cuartel general para la Marina de Guerra”
combatir el narcotráfico. Para eso hay radares, aviones Tucano, lanchas, fragatas,
satélites, etc. Entregarle una parte de nuestro territorio a Estados Unidos es
revivir la idea del antiguo proyecto de anexión de la bahía de Samaná o
simplemente la anexión de la patria al imperio del norte. Si Pedro Santana es
traidor por haberle entregado la patria a España, el que les entregue la Saona
a los norteamericanos es traidor también y deberá ocupar el lugar que ocupan
los apóstatas de la patria.
Oponerse a la construcción de una base
militar en la Saona podría ser peligros, sobre todo, en momentos en que para
Estados Unidos todo el que se oponga a su proyecto imperial hegemónico es
“terrorista”, pero como dijo el Padre de la Patria, el dominicano más ilustre de
todos los tiempos, Juan Pablo Duarte y Diez: “La República Dominicana será
libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.
Llamamos a todas las fuerzas vivas del
país y del exterior para que nos unamos en una cruzada sin tregua para evitar
que se instale una base militar norteamericana en nuestro territorio, pues tenemos
que mantener la dignidad por encima de cualquier interés espurio del
imperialismo y de sus lacayos en país. La construcción de esa base militar
conlleva la instalación de tecnología de punta por parte de Estados Unidos que,
en el momento en que ellos lo deseen tienen el control del área.
Geoestratégicamente esa base parece no tener importancia, pues desde que cayó
el muro de Berlín y se estableció el mundo unipolar, ya Estados Unidos no necesita
tener bases físicas en el Caribe con presencia de soldados norteamericanos para
sus proyectos colonialistas. En el caso de la especie se trata de una base FOL
(Foreing Operation Location), que traducido al castellano pudiera decir algo
así como “sitios o locaciones para operaciones avanzadas”. Sabemos que ese
modelo de bases le permite al imperio controlar con apenas uno o dos hombres
todo lo que es un país, sobre todo uno tan pequeño como la República
Dominicana. Desde la Saona, un solo hombre puede hacer el trabajo de espionaje
que antes hacían mil hombres. Fuera Estados Unidos y cualquier otro imperio de
nuestro territorio. El que le entregue la Saona a los gringos será considerado
“traidor a la patria”.
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