Desde dar lo mejor de uno mismo hasta ser mejor ciudadano
Conocer
Japón te cambia la vida, el modo en que la organizas, te relacionas con
los demás, enfrentas las cosas, tus valores, tus prioridades.
No se trata de idealizar Japón, pues está lejos de ser el país de las maravillas, pero tiene mucho para enseñarnos.
El sitio RocketNews24 ha publicado una lista de 17 cosas que podemos aprender de los japoneses:
1. Ser un mejor ciudadano. Un
ejemplo que dio la vuelta al mundo durante el Mundial de Brasil en
2014: los hinchas japoneses limpiando el estadio donde jugaba su
selección. Lo mismo hacen en su país. Si no tienen dónde botar basura,
la llevan consigo. Una sociedad limpia es una mejor sociedad.
2. Ser puntual. Llegar
a tiempo a una cita o reunión no solo significa respetar al otro. Una
sociedad de gente puntual es una sociedad confiable y organizada, donde
las cosas funcionan bien.
3. Honrar la palabra
Si
un japonés te dice que va a hacer algo (como asistir a una reunión o
realizar una tarea), ten por seguro que lo va a hacer. En Japón decir es
hacer.
4. Poner a los otros primero. Pensar
en el otro antes que en ti mismo y mostrarlo con hechos revela cuánto
valoras a esa persona. Y eso en Japón se puede ver en actos tan
sencillos como darle a un amigo el mayor pedazo de una torta.
5. Apreciar la paz. Japón
inició un camino de paz hace 70 años. A los japoneses se les enseña
desde niños que la violencia está mal y que la guerra no es necesaria.
La educación es clave, así como su Constitución pacifista, que le
prohíbe recurrir a la fuerza o entrar en guerra.
6. Respetar la propiedad. No
tomas lo que no es tuyo, así te lo encuentres en la calle. A alguien se
le perdió o cayó, así que busca la manera de que retorne a su dueño. En
Japón la gente no se queda con lo que no le pertenece.
7. El Estado puede ser muy bueno
Los
latinoamericanos nos quejamos mucho del Estado (y de los gobiernos
corruptos) que sufrimos. Y con razón. No solo funciona mal, sino que hay
mucho ladrón. Japón demuestra que el Estado puede ser muy eficiente. Un
par de ejemplos que son paradigmas a nivel mundial: su sistema de
trenes y su servicio postal.
8. Devolver favores siempre. Te
hacen un favor y a veces te olvidas de retribuirlo, o tardas mucho. En
Japón los favores se devuelven, y cuanto antes mejor. Reciprocidad. Eso
es fundamental para tener buenas relaciones sociales. RocketNews24 pone
este ejemplo: alguien te ayuda a acomodar un sofá nuevo en tu casa, y
para agradecerle por haberte echado una mano le compras un refresco en
una máquina expendedora.
9. Agradecer nuevamente. Tiempo
después vuelves a ver a la persona que te ayudó a acomodar el sofá en
tu casa y le dices: “Gracias por la ayuda que me diste el otro día”. Los
japoneses siempre recuerdan darle las gracias a la persona que los
ayudó cuando la vuelven a ver. ¿Exagerado? Nunca sobra decir “gracias”.
Además, esto hace sentir especial a la persona que recibe las gracias.
¿A quién no le gusta que le agradezcan algo?
10. La cortesía va más allá de decir “por favor” y “gracias”. La
cortesía en Japón no solo se manifiesta en palabras. Como ejemplo, una
experiencia que deben de haber vivido algunos latinoamericanos cuando
llegaron a Japón a fines de la década de 1980 o principios de la
siguiente para trabajar y sin saber japonés: estás en una estación de
tren porque tienes que viajar, pero ni siquiera sabes dónde o cómo
comprar el boleto. Un japonés te ve confundido, perdido como un niño sin
sus padres, y se acerca para preguntarte qué te pasa. Como sea, con
señales y hablando un japonés macarrónico, le haces entender a qué
estación tienes que movilizarte. El japonés te lleva a la máquina donde
venden los tickets y él mismo te compra el pasaje. Como si eso no fuera
suficiente, te lleva hasta el andén donde tienes que esperar el tren que
te llevará a tu destino. Más cortesía, imposible.
11. Incluir a todos en el grupo. Haces
una fiesta e invitas a la gente de tu trabajo. Pero no a todos, hay
algunos que te caen mal o no los conoces lo suficiente, así que no los
invitas. En Japón siempre se invita a todos. Nadie se queda atrás. En
las fotos grupales, todos los presentes entran, así alguno no sea
familiar o amigo. Este tipo de cosas contribuye a crear una sociedad
tolerante.
12. El alcohol no genera necesariamente violencia. En
Japón es frecuente ver a gente ebria (léase salaryman), pero no son
violentos. Rara vez hay peleas en los bares. Hasta cuando están
borrachos los japoneses son pacíficos.
13. Estoicismo. Los
japoneses esperan en largas filas sin quejarse. Nadie intenta colarse.
Si hay que hacer filas extensas, lo hacen. Saben aceptar y sobrellevar
las cosas. Tienen una gran capacidad para adaptarse y sobreponerse a
situaciones límite (como mostró su modélica actitud tras el terremoto de
2011).
14. Saber escuchar. Los japoneses
suelen ser tímidos y modestos. Antes de intervenir en una conversación,
tienden a dejar que su interlocutor hable. Dar a los otros la
oportunidad de expresarse permite que ellos se abran. Al aprender a
escuchar, también aprendemos a ser menos críticos y a tratar de
comprender a los otros. Los japoneses también aprecian el silencio.
15. Ganbaru, o dar lo mejor de ti mismo. Mientras
nosotros nos quejamos (si algo no nos sale bien buscamos culpables o
nos rendimos), los japoneses, educados en la cultura del esfuerzo,
trabajan, luchan, dan lo mejor de sí mismos.
16. Ser menos nacionalista. Muchos
creen que el país en el que nacieron es lo máximo, quizá el mejor del
mundo, pero cuando conocen Japón y descubren todo lo que ofrece… No es
que Japón sea lo máximo, pero en Japón descubres cuánto tiene por
mejorar tu país.
17. Hacer las cosas con gracia. Hay
una estética de las maneras en Japón, que se manifiesta en actos tan
sencillos y cotidianos como caminar, vestirse y saludar.
(International Press)
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