Oasis – La vida entre el agua y el desierto
Los oasis son las islas verdes del Sáhara. Algunos parecen salidos de
las “Mil y una noches”. Las caravanas se detenían aquí para
aprovisionarse de agua y alimentos. Los habitantes del oasis Hanabou, en
Marruecos, intentan mantener la vida tradicional del oasis. Conoce a
beduinos, un guardián del agua y camelleros. Disfruta de un viaje
interactivo al Sáhara.
En Tafilalt, un gran conjunto de oasis del Sáhara marroquí, sus
habitantes vivieron durante largo tiempo de la agricultura y del
comercio, sobre todo de pieles y sal. Hoy, el turismo se ha convertido
en una importante fuente de ingresos. Y es que en Tafilalt se encuentra
Erg Chebbi, una gran duna que atrae mágicamente a turistas de todo el
mundo.
Sin embargo, dados los escasos recursos hídricos, el turismo también
representa un problema. Y el cambio climático lo agrava. Los fenómenos
meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes: precitaciones
escasas e irregulares por un lado, y lluvias torrenciales por otro.
Además el cambio climático potencia la desertificación de los oasis: la
falta prolongada de agua, seca el suelo fértil, que el viento se lleva
fácilmente. En consecuencia, el terreno cultivable disminuye
constantemente. El gobierno marroquí ha elaborado un programa para
evitarlo. Una de las medidas consiste en plantar un millón de palmeras
datileras, pues las plantas son el corazón de un oasis.
Algunos de los 6.000 plantadores de palmeras datileras que se benefician
de este programa viven en Hanabou. El pequeño oasis está a unos
cincuenta kilómetros de Erg Chebbi. La vida diaria en Hanabou está muy
marcada por las tradiciones. Hay dos escuelas y un pequeño dispensario
médico: Hanabou es un microcosmos, con la infraestructura necesaria para
sus 4.000 habitantes. Muchos de ellos viven en el “ksar” o alcázar, una
antigua fortificación. Esto diferencia a Hanabou de otros oasis donde
hay edificios modernos, grandes calles y cafés con internet.
Otra de las peculiaridades de Hanabou es la forma tradicional de riego. A
lo largo del tiempo, los oasis desarrollaron un sistema de gestión y
reparto del agua que se rige por estrictas reglas. Por eso, aunque sus
habitantes notan los efectos del cambio climático ya que disponen de
mucha menos agua, confían en que les alcanzará, pues están acostumbrados
a hacer un uso muy austero y responsable de este precioso líquido. El
hecho de que su sistema de riego, cuyo mantenimiento resulta tan
laborioso, se conserve hasta hoy en día demuestra la capacidad de
adaptación de su cultura a las difíciles condiciones medioambientales.Informe: Mabel Gundlach
Cámara: Wolf Gebhardt
Fotos: Fatima Boughanbour, Mabel Gundlach
Edición: Klaudia Begić
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