Por Juan Pablo Acosta
El artículo 44 de la Carta Magna establece: “Toda autoridad o
particular que los viole está obligado a resarcirlos o repararlos conforme a la
ley”, es decir, que se puede exigir su respeto y reparación tanto al Estado
como a cualquier persona particular.
RESPONSABILIDAD ETICA DEL
PERIODISTA
Podemos afirmar, sin ningún temor a equivócanos,
que en nuestro país la democracia no existiría si no hubiese una prensa libre y
responsable, o al menos no existiría como la conocemos
hoy. Sin embargo, al Periodista, igual que a cualquier otro ser humano, le
acechan inúmeras trampas, que pudieran hacerle caer.
De ahí que la Deontología de la
Comunicación es fundamental en el marco del ejercicio del periodismo, sin
importar el medio para el cual se trabaje. Dije al inicio de estas palabras que:
“Un medio de
comunicación en manos de una persona irresponsable, o corrupta, agrego ahora, es
peor que un arma de destrucción masiva cualquiera, pues si bien no se destruye
físicamente al ser humano con la palabra, sí se hace moralmente, que en
ocasiones es peor”.
¿Qué es la Deontología Periodística o simplemente la Ética periodística? Puede
definirse esta como un conjunto de normas éticas y morales a las que debe
ajustar el comunicador sus actuaciones, tanto públicas como privadas. El
periodista no puede tener una doble vida. Su comportamiento privado será
celosamente observado como si se tratara del público. El Periodista debe actuar
siempre sobre la base de tres pilares fundamentales que son:
1)-INDEPENDENCIA
ECONÓMICA. Si el periodista no
es bien remunerado, es decir, si carece de independencia económica, si no
recibe un sueldo y salario cónsonos con su trabajo, podría eventualmente caer
en una trampa: informar por paga o chantajear. ¿Existe este mal en la
comunicación dominicana?
2)-INDEPENDENCIA
ACADEMICA Y DE OPINIÓN.
El Periodista no puede estar sujeto a la opinión de ningún otro periodista ni
de nadie. No debe hablar con temor a perder un anuncio o empleo. No debe recibir
dádivas que le impidan emitir con absoluta dignidad e independencia las
opiniones que emite en el medio. Por eso, el periodista debe prepararse cada
vez más, sobre todo, por lo complejo del mundo hoy y finalmente la información.
3)-LIBERTAD
DE EXPRESIÓN. Si el periodista no
goza de la suficiente libertad para expresarse en el medio, su trabajo será
siempre mediocre. Es necesario que él pueda expresar con entera libertad lo que
piensa. Obviamente, si bien es cierto que el periodista tiene derecho de
expresarse libremente, no menos cierto es también que debe tener los límites
que establece la Constitución de la República, los tratados internacionales y
las leyes.
La UNESCO ha implementado en el Código Internacional de Ética, diez
principios básicos y recomienda que el periodista los observe. Estos son los
siguientes:
1.
El derecho del pueblo a una información verídica. El pueblo y las
personas tienen el derecho a recibir una imagen objetiva de la realidad por
medio de una información precisa y completa, y de expresarse libremente a
través de los diversos medios de difusión de la cultura y la comunicación.
2.
Adhesión del periodista a la realidad objetiva. La tarea
primordial del periodista es proporcionar una información verídica y auténtica
con la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los
hechos en su contexto adecuado, manifestando sus relaciones esenciales -sin que
ello entrañe distorsiones-, y empleando toda la capacidad creativa del
profesional a fin de que el público reciba un material apropiado que le permita
formarse una imagen precisa y coherente del mundo, donde el origen, naturaleza
y esencia de los acontecimientos, procesos y situaciones sean comprendidos de
la manera más objetiva posible.
3.
La responsabilidad social del periodista. En el periodismo, la información
se comprende como un bien social y no como un simple producto. Esto significa
que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El
periodista es, por tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los
medios de comunicación, sino, en último análisis, frente al gran público,
tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales. La responsabilidad
social del periodista implica que éste actúe en todas las circunstancias en
conformidad con su propia conciencia ética.
4.
La integridad profesional del periodista. El papel social del periodista exige que
la profesión mantenga un alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del
periodista a abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar
sus fuentes de información, y también el derecho de participar en la toma de
decisiones en los medios de comunicación en que emplea. La integridad de la
profesión prohíbe al periodista el aceptar cualquier forma de remuneración
ilícita, directa o indirecta, y el promover intereses privados contrarios al
bien común. El respeto a la propiedad intelectual, sobre todo absteniéndose de
practicar el plagio, pertenece, por lo mismo, al comportamiento ético del
periodista.
5.
Acceso y participación del público. El carácter de la profesión exige, por
otra parte, que el periodista favorezca el acceso del público a la información
y la participación del público en los "medios", lo cual incluye la
obligación de la corrección o la rectificación y el derecho de respuesta.
6.
Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre. El respeto del
derecho de las personas a la vida privada y a la dignidad humana -en
conformidad con las disposiciones del derecho internacional y nacional que
conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del otro-, así
como las leyes sobre la difamación, la calumnia, la injuria y la insinuación maliciosa,
son parte integrante de las normas profesionales del periodista.
7.
Respeto del interés público. Por lo mismo, las normas profesionales
del periodista prescriben el respeto total de la comunidad nacional, de sus
instituciones democráticas y de la moral pública.
8.
Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas. El verdadero
periodista defiende los valores universales del humanismo, en particular la
paz, la democracia, los derechos del hombre, el progreso social y la liberación
nacional; y respeta el carácter distintivo, el valor y la dignidad de cada
cultura, así como el derecho de cada pueblo a escoger libremente y desarrollar
sus sistemas político, social, económico o cultural. El periodista participa
también activamente en las transformaciones sociales orientadas hacia una
mejora democrática de la sociedad y contribuye, por el diálogo, a establecer un
clima de confianza en las relaciones internacionales, de manera que favorezca
en todo la paz y la justicia, la distensión, el desarme y el desarrollo
nacional. Incumbe al periodista, por ética profesional, el conocer las
disposiciones existentes sobre ese tema y que están contenidas en las
convenciones internacionales, declaraciones y resoluciones.
9.
La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad
confronta.
El compromiso ético por los valores universales del humanismo previene al
periodista contra toda forma de apología o de incitación favorable a las
guerras de agresión y la carrera armamentista, especialmente con armas
nucleares, y a todas las otras formas de violencia, de odio o de
discriminación, en particular el racismo y el apartheid, y le incita a resistir
a la opresión de los regímenes tiránicos, a extirpar el colonialismo y el
neocolonialismo, así como a las otras grandes plagas que afligen a la
humanidad, tales como la miseria, la desnutrición o la enfermedad. Así, el
periodista puede contribuir a eliminar la ignorancia y la incomprensión entre
los pueblos, a hacer los ciudadanos de un país sensibles frente las necesidades
y deseos de los otros, a asegurar el respeto de los derechos y de la dignidad
de todas las naciones, de todos los pueblos y de todos los individuos, sin
distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicciones filosóficas.
10.
Promoción de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación. En el mundo
contemporáneo, el periodista busca el establecimiento de nuevas relaciones
internacionales en general y de un nuevo orden de la información en particular.
Ese nuevo orden, concebido como parte integrante del nuevo orden económico
internacional, se dirige hacia la descolonización y la democratización en el
campo de la información y de la comunicación, tanto en los planos nacional como
internacional, sobre la base de la coexistencia pacífica entre los pueblos, en
el respeto pleno de su identidad cultural. El periodista tiene el deber
particular de promover tal democratización de las relaciones internacionales en
el campo de la información, notablemente salvaguardando y animando las
relaciones pacíficas y amistosas entre los pueblos y los Estados. (El texto fue
publicado el 20 noviembre de 1983)”
No hay comentarios:
Publicar un comentario