Maneras
de guardar
Por:
Lic. Amable Guzmán
Una
retrospectiva por el tiempo y haciendo posada muchos años atrás, me llegan a la
memoria, aquellas imágenes de distintas personas, con gestos tan normales, que
se convertían en modelo de aprendizaje para los más pequeños y los asumíamos
como correctos. Olvidando todas las posibles consecuencias, que se derivaban de
algunas de estas acciones, que podían incidir en la salud, la honestidad y la
facilidad de accionar de los pocos y conocidos delincuentes, que existían para
la época.
Vi a una que otra señora, cuando visitaba
el colmado o pulpería, la carnicería o cualquier centro de ventas; que se
requería pagar con dinero; sacar de adentro de sus senos, usando el sostén como
lugar de escondite, para dejar reposando el dinero allí, hasta darle el uso
adecuado. Otras mujeres tomaban algunas medidas de precaución, con el fin; me
imagino, de no perder el dinero, o en el caso particular, guardar algunos
niveles de higiene, frente a la salud. Era que construían una pequeña bolsita
en tela y un cordoncito, que le permitía amarrarla. Otras sólo usaban la tela y
la amarraban arriba; mientras, que la mayoría, colocaba el dinero dentro del
sostén y a la hora de realizar algún determinado pago; levantaba su brazo, lo
hundía entre sus senos, hasta que el tacto de su mano, le indicaba a la pinza
de sus dedos, que podía extraer lo buscado, para pagar los artículos
adquiridos. Es bueno recordar, que esto lo hacían las mujeres, como parte de
una cultura, que parecía normal, frente a niños y particulares, sin provocar
ningún nivel de vergüenza.
Otro elemento de este artículo, es la
manera de guardar el lápiz, aquí en este espacio, aplican hombres y mujeres;
pues cuando se estaba realizando algún trabajo determinado y requería de un uso
habitual del lápiz o lapicero; los usuarios tendían a colocárselo encima de una
de las orejas, acto que aplicaba más a los hombres, mientras, que las mujeres
lo hacían enganchándolo en el pelo, dando a veces un uso de agarrar los
cabellos; que se obtenía después de la dama darle una vuelta a su pelo y
dejarlo atado con la ayuda del objeto en cuestión.
Es bueno resaltar, que el sexo masculino podía
colocar el lápiz o lapicero en su pelo; pero debía tener el pelo crespo, que
aplicaba excelentemente bien para los afros de la época; que al hacer la
penetración entre este tejido de cabellos, no había forma alguna de que se
saliera, al menos que una mano, lo hiciera; por lo que esta es otra manera de
guardar de algunas persona.
En esta acción he visto deportistas,
cuando sus ropas no tienen bolsillos, los he observado, guardando pequeñas
cosas y dinero en las medias y en los zapatos. Esto de colocar en las medias;
data de tanto tiempo, como los casos anteriores resaltados en este escrito. Y
es que el ser humano, apuesta por la practicidad, buscando salidas inmediatas a
aquello, que el momento le demanda alguna que otra solución, que le facilite acciones
más cómodas o solucionar lo propuesto en el momento y el lugar establecido;
quizás sin darse cuenta, que puede estar creando alguno que otro inconveniente,
no tomado en cuenta por el momento.
Este aspecto a destacar, es muy común
verlo hoy en día; las llaves, que se guardaban con un prendedor a la ropa por
la parte interior, o una pequeña tirita, amarrada de la ropa, a fin de que no
se pierda. Los hombres acudían de manera igual que las mujeres, pero las
prendían del pantalón por dentro o del bolsillo. Sin embargo, vemos jóvenes y
personas de buena presencia y apegado a buenas normas de costumbre, que la
llave del vehículo, la ponen entre la pretina del pantalón y el llavero cuelga
por encima de la correa.
Vale recordar, que las manos están muy
ocupadas, después que apareció un aparato llamado celular, por lo que hoy más
que nunca, se hace necesario, dejar fuera de las manos las llaves, por lo que
posiblemente estemos viendo en la generación actual, usar el cuerpo como
instrumento de guardar alguno que otro objeto.
E-mail:
amable_guzman@hotmail.com
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