lunes, 2 de junio de 2008

EL NEGOCIO DE LAS ELECCIONES (¿Y QUE...?)

EL NEGOCIO DE LAS ELECCIONES (¿Y QUE...?)
Juan Pablo Acosta García
El negocio de las elecciones es uno de los más lucrativos. Cada dos años estamos "sacrificándonos" por la patria. Pero, resulta que en el espectro político nacional existen parásitos denominados "partidos" a los que hay que darles sumas millonarias para que participen en el matadero cuatrienal que es el certamen electoral dominicano. A esos "partidos" hay que verlos como "parte del derecho de elegir y ser elegido".
Sin embargo, probablemente con el dinero que se les da a esos chupa media se podría comprar la medicina de por lo menos un hospital y salvarle la vida a alguien cuya capacidad económica es tan elemental que ve morir a sus parientes por no tener diez pesos para comprar una jeringuilla.
Si al sistema de partidos dominicano es a lo que se denomina "democracia" entonces este país se hundió, puesto que el dinero del pueblo se dedica a comprar conciencia de un grupo de cretinos cuya única virtud es ser unos vulgares politiqueros para vender su conciencia al diablo o al que se la compre.
Hemos visto que en la campaña recién finalizada se compró a todo el que quiso venderse. Se hacía igual a como hacen los mercaderes. Ofrecen una mercancía a un determinando precio y luego rebajan ese precio hasta el valor real de la misma.
Dio asco y vergüenza ver cómo "generales" coroneles, "politiqueros" "patrioteros" "artistas" y en fin, una lista interminable de charlatanes se vendían como sacos de harina al mayor postor.
Lo peor no es tal vez que esos charlatanes se hayan vendido, ( porque de ellos qué se podía esperar), sino que gente que supuestamente dizque es honesta, esté justificando esa aberración política.
La República Dominicana fracasó. Así de sencillo. Nuestro país se jodió. Ya sé que un grupo de "padres de la patria" saldrá a decir que el autor de estas lineas es un derrotista, una persona pesimista, y cuantas sandeces mas acostumbran estos "visionarios" decir. No me importa lo que digan, mientras no sea que me han comprado.
Si la patria va a seguir en manos de un matadero electoral como el que tenemos, es necesario prepararse para llenarnos de gusanos, pues la putrefacción que nos arropa pronto corromperá la sangre y esta atraerá moscas y están producirán esos desagradables insectos
Esa putrefacción política es la que hace que los hombres y mujeres serios del país se abstengan de participar en esa actividad. Mientras los hombres honestos se dedican a pasar hambre y miseria para poder mal vivir, los filibusteros de la política se dedican a cambiar su pobreza por enormes riquezas que, en la mayoría de los casos resulta ridícula, además de asqueante e insultante para la inteligencia humana. (gente que no sabe sentarse a una mesa a almorzar, tiene cientos de millones de pesos, incluso con inversiones en Estados Unidos y otros países.)
Es probable que el país siga con esa situación durante muchos años. Pero es bueno que los mercaderes de la política sepan que un día maldecirán haber nacido. Un día la patria les pasará factura y entonces será el crujir de diente y desearán no haber nacido.
La República Dominicana "es un país rico, pobremente administrado", dijo alguien. Es cierto. Nuestro país es rico, pero para unos cuantos ladrones que se han apropiado de nuestra riqueza. Esa situación debe llevar a todos los hombres y mujeres serios de este terruño a reflexionar. ¿Qué sucederá el día en que la trompeta apocalíptica suene anunciado la limpieza de tantos escombros?
Un país puede soportar durante décadas el robo de sus riquezas, pero llega un día en que estalla y ese día generalmente se borra de la faz de la tierra a todos los delincuentes que se apropian de lo que es del pueblo. Decenas de ejemplos las hemos tenido, incluso en nuestro país.
La caída de Trujillo es una página viviente de lo que podría pasarle a ese grupo de bandidos saqueadores de la riqueza nacional.
Sabemos que el dominicano es un pueblo tranquilo y pacífico, pero tanto da la gota sobre la piedra hasta que le hace un hoyo. Ese hoyo (parecido al de Baninter) ya está muy avanzado. Esperemos el día apocalíptico y tal vez ya no sea necesario crujir los dientes.

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