lunes, 2 de junio de 2008

JULIO JAIME JULIA Y SU LABOR INTELECTUAL

JULIO JAIME JULIA Y SU LABOR INTELECTUAL
Por: Ángel Domínguez
¿Qué debe Moca a Julio Jaime Julia?
El vínculo que une a Moca con Julio Jaime Julia no es de carácter material.
Su trabajo y creación de riquezas no es de esa naturaleza. Lo fue de otra muy distinta pero no menos valiosa,
Para las colectividades humanas vivir adecuadamente les hace falta la satisfacción plena de sus necesidades primarias o básicas (comida, vestido, techo, salud etc., etc.) Pero ellas, aún siendo básicas no son las únicas para lograr la plena realización de los seres humanos. De no ser así, nada diferenciaría a estos últimos del resto de los animales.
Existen otras necesidades que son de carácter inmaterial, las que unidas a las primeras resultan indispensables para la existencia social.
Al cultivo y fomento de estas últimas, dedicó su vida el Dr. Julio J. Julia. Esto es, a la recopilación de la documentación que tiene que ver con el origen y la historia económica, política, social y cultural de Moca como ciudad y de la provincia Espaillat en su conjunto.
Al hacerlo puso frente a los ojos de los mocanos y del país la imagen de un pueblo con una historia y tradición más enriquecida y diversa de lo que comúnmente se pensaba.
Mostró que en verdad en estas fértiles tierras había una abundante productividad alimenticia. Mostró que políticamente los hijos de estas tierras actuaron al lado de las mejores causas de la nación y la patria cuando hubo necesidad de ello. Y mostró también, que a alguna otra cosa más se dedicaban los mocanos que no fuese la producción agrícola y a la actuación política.
Reveló con su trabajo de investigación y recopilación que la vida y el transcurrir de Moca estuvo bañado, impregnado, de una actividad cultural y artística intensa con frecuencia ignorada, echada a menos o poco conocida por los propios mocanos.
Desconocida, pero sorprendentemente rica.
Nos mostró que el cultivo de la prosa, el periodismo, la poesía, el teatro, el canto, el baile, y la música de calidad fue de a mucho y que el arte en general convivió en Moca en armonía con la productividad material y la heroicidad conocida. Y que estas diversidades en sus expresiones formales no eran contradictorias ni se estorbaban unas a las otras. Eran partes de una totalidad y como tal se complementaban.
Él no inventó a Moca, ni escribió su historia. El investigó y reunió una abundantísima documentación original en la mayoría de los casos y de segunda mano en otras cuando citaba o presentaba textos de autores determinados siempre especificando la fuente y fecha del dato aportado. Y ¡hay que ver la credibilidad del autor o de la fuente citada! Lo que sí estuvo ausente en él fue la especulación y el enaltecimiento de la vulgaridad. Estas últimas cualidades le fueron ajenas o desconocidas.
En su conocido libro “Notas Para la Historia de Moca”, confiesa el Dr. Julia cuál había sido su interés en ese libro,: “presentar un balance general de la grandeza de la sensibilidad espiritual del pueblo mocano…” Ese interés, agrego yo, también estuvo presente en todo lo que publicó en referencia a Moca.
Dedicando sus energías al propósito de la investigación, contribuyó a la definición de un perfil de la mocanidad más fiel a su trayectoria como pueblo e invitando como lo hizo permanentemente a las jóvenes generaciones a continuar la labor investigativa y de escribir la historia completa de su Moca de siempre.
Pero, ¿solo recopiló e investigó en temas relacionados con Moca?
Para nada.
Él era un hombre de letras y como tal vivió. Todo lo que tenía que ver con este tema le atraía apasionadamente y a su influjo se sometía. Se maravillaba de Bolívar, de Hostos, de Rubén Darío, de Martí, sin olvidar a Duarte, a Tulio M. Cesteros, Miguel A. Garrido, Américo Lugo y a muchos otros autores dominicanos.
Pero su predilección total era frente al más grande humanista dominicano de todos los tiempos: Pedro Henríquez Ureña. Uno de los más esclarecidos críticos y ensayistas en lengua hispana y figura de primer orden en América.
En correspondencia con ello al fundar el último grupo cultural de los que inició lo bautizó con el nombre de Pedro Henríquez Ureña, sabedor de lo útil e imprescindible que resultaba conectar a la juventud, en este caso de Moca, con las ideas de este sabio múltiple cuyas enseñanzas y ejemplos en su área no tiene pareja aún.
¿Qué debe Moca a Julio Jaime Julia?
Pienso que una gratitud permanente.

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