Por Isidro Silva Cabrera
El Cibao Central está molesto con el gobierno del doctor Leonel Fernández y el PLD. Estos pueblos están que los punchan y no botan sangre. Si por maldiciones fuera, el palacio nacional no existiese.
La crisis económica es angustiante. Aumenta el desempleo, la venta del comercio está en el suelo. Los apagones eléctricos provocan millones de pesos en pérdidas a los pequeños y grandes empresarios.Y en los barrios pobres y los campos de esta región del país, la gente a coro señala que nos estamos "cayendo muertos".A eso se suma una violencia que no cesa, la delincuencia en guerra a muerte contra la sociedad. Y las protestas comunitarias por caminos vecinales, contra los apagones, por agua potable y para que bajen los alimentos, los cuerpos represivos del estado responden con saña al estilo de los 12 años de Balaguer.Los pueblos del Cibao no están conformes con la situación que vive el país. El presidente Leonel Fernández debe escuchar las quejas de los cibaeños. El Cibao es el motor que mueve al país.
El Cibao Central está molesto con el gobierno del doctor Leonel Fernández y el PLD. Estos pueblos están que los punchan y no botan sangre. Si por maldiciones fuera, el palacio nacional no existiese.
La crisis económica es angustiante. Aumenta el desempleo, la venta del comercio está en el suelo. Los apagones eléctricos provocan millones de pesos en pérdidas a los pequeños y grandes empresarios.Y en los barrios pobres y los campos de esta región del país, la gente a coro señala que nos estamos "cayendo muertos".A eso se suma una violencia que no cesa, la delincuencia en guerra a muerte contra la sociedad. Y las protestas comunitarias por caminos vecinales, contra los apagones, por agua potable y para que bajen los alimentos, los cuerpos represivos del estado responden con saña al estilo de los 12 años de Balaguer.Los pueblos del Cibao no están conformes con la situación que vive el país. El presidente Leonel Fernández debe escuchar las quejas de los cibaeños. El Cibao es el motor que mueve al país.
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