martes, 13 de enero de 2009

EL TEMPLO DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. (1)

LOS MUNICIPIOS (136)
Artagnan Pérez Méndez.
Es posible que la fertilidad de la tierra de Estancia Nueva, motivara a los primeros pobladores a establecerse, fabricar viviendas y procrear sus familias, en este lugar. Descendientes de españoles y tal vez algunos canarios, profesaban acendrado catolicismo y seguramente trajeron la devoción al Rosario, cuyo principal propagador fue Santo Domingo de Guzmán, fallecido el 4 de Agosto de 1221, por lo que entre este año y el establecimiento de los primeros pobladores, había transcurrido más de quinientos años.
A mediados del siglo XVII, el sitio de Moca, se iba desarrollando lentamente y curas de La Vega y Santiago, viajaban para antender las necesidades espirituales de la población. Los primeros pobladores de Estancia Nueva, fueron las familias Guzmán, Vásquez, Cabrera, Comprés, Lopez y Jiménez.
Los moradores de Estancia Nueva, levantaron una ermita, dedicada a Nuestra Señora del Rosario. Es posible que la ubicación fuera en el hoy paraje o sección del mismo nombre.
Posteriormente para 1773, el capitán Gregorio López, y su esposa Juana Hernández de Barrios establecieron una capellanía, para que se oficiasen misas durante doce meses en la ermita -si es que todavía no se había erigido como parroquia- en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Moca. La capellanía era una fundación en virtud de la cual se sujetan algunos bienes o dinero para que se oficien misas o se cumplan algunas cargas piadosas.
La capellanía antes mencionada fue atendida por el sacerdote de hábito talar Juan Lopez Hernández, quien era hijo de los antes indicados esposos. Este cura se marchó a Monte Cristy en el año 1783 y el templo quedó en manos de curas de La Vega.
En el año 1805, la ermita o parroquia, (estamos indagando la fecha de la erección como parroquia) era atendida por Fray Pedro Geraldino y Guzmán, hasta el dia del degüello de Moca, perpetrado en el año 1805. Con posterioridad al degüello de 1805, no tenemos muchos datos de quienes quedaron a cargo de la Iglesia del Rosario de Moca, pero el Agustino Sebastián José Vives y el padre Carlos Carreño tuvieron a su cargo la iglesia, aproximadamente hasta 1810. El Padre José Casimiro Tavarez y el Padre Andrés García atendieron la iglesia, el primero de 1810 a 1813 y el segundo en el año 1811. De este último año citado hasta 1821, tenemos un bache difícil de llenar. Debemos recordar que eran tiempos difíciles por el período de la España Boba y las luchas de los haitianos contra los franceses que vinieron como consecuencia del tratado de Basilea.
En el boletín Eclesiástico 1888, Carlos Nouel afirma que la parroquia fue erigida a principios del Siglo XIX, es decir, a principios de los años 1800, por lo que es posible, no seguro, que cuando ocurre el degüello ya la ermita era parroquia, pero no tenemos todavía el dato.
En el año 1821 la iglesia fue atendida por el Padre Silvestre Núñez, pero no tenemos documentos escritos para afirmarlo con seguridad.
El modesto templo donde ocurrió el degüello de 1805, construido de tablas de palmas y cobijado de canas, fue destruido, para no dejar huellas del horrendo hecho.
Según tradición oral, de la cual se hizo eco el Licenciado Marino Tejada Guzmán, el señor José Antonio García donó parte el terreno donde se levantó el templo del Rosario, después de ser derribado aquel donde ocurrió el degüello. También la tradición oral afirma que parte de los terrenos fueron donados por la dama Fructuosa Ferreira.
Este templo se construyó de mampostería, tenía una torre y estaba techado de maderas cortadas en forma de tejas, razón por la cual el vulgo la llamaba la Iglesia de tablitas.
En el año 1887, llegó de Francia el reloj público, donado por el caballero Don Cosme Batlle, el cual se instaló en el tempo antes indicado haciéndose las debidas adaptaciones en la torre para poder colocarlo.
En 1895, el Padre Romualdo Mínguez integró una Junta para la construcción de un nuevo templo, pero la obra no pudo llevarse a realización por los acontecimientos posteriores a la muerte de Lilís.
En 1904, el párroco Rodrigo Cervantes colocó la primera piedra del actual templo de Nuestra Señora del Rosario. El Canónigo José Eugenio Collado y Sicard, lo terminó de construir y el templo fue bendecido el 6 de Octubre de 1929 por Monseñor Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla.
Este templo tuvo como diseñador al Ingeniero Alfredo Scaroina y como maestro constructor a Pedro Peña y a Martín Gallart. La cristalería estuvo a cargo del catalán José Doménech.
El templo de Nuestra Señora del Rosario era una hermosa construcción, con dos torres delanteras, una para el campanario y otra para las esferas y las tres campanas del reloj.
El altar mayor era un bellísimo retablo construido de caobas por el maestro Rafael Guzmán, quien introdujo en su interior una botella en la cual dejó constancia escrita de él haber construido dicho altar.
Tenía un nicho central, donde se colocaba la imagen de la Virgen del Rosario, la cual estaba vestida en telas. En el nicho de la derecha, visto el altar de frente, estaba la imagen de Santo Domingo de Guzmán y en el de la izquierda, visto de frente, una imagen de Santa Eduvigis.
Había dos altares laterales en las naves: uno dedicado a la Virgen de Altagracia y otro a San Antonio de Padua. En las naves laterales estaban bellísimas imágenes: Santa Ana, y el Niño de Atocha, así como de Maria Magdalena. ¿Dónde han ido a parar estas imágenes?
El 4 de Agosto de 1946, el violento movimiento sísmico de ese día derribó las dos torres delanteras, destruyó la imagen de San Antonio de Padua y la de Santa Eduvigis.
El gobierno de Trujillo ordenó la reconstrucción de las dos torres delanteras, el reforzamientos de las paredes laterales las cuales fueron recubiertas en su parte inferior por planchas de granito. Las dos nuevas torres frontales no conservaron el diseño de las originales.
Posteriormente, los vitrales de la cúpula, así como los de las ventanas laterales sufrieron grandes desperfectos. El techo que construido de tejas de bronce comenzó a mostrar muchas filtraciones, que motivaron nuevas reformas en el templo. También las reformas postconciliares trajeron como consecuencia la demolición del altar mayor, los pulpitos y los altares laterales y la supresión de las imágenes que se encontraban en las naves laterales.
En el templo de Nuestra Señora del Rosario se encuentran sepultados el Padre Calixto María Pina y Benítez, el señor Manuel Altagracia Cáceres y el Presidente Ramón Cáceres. Es probable que haya otras personas sepultadas debajo de sus lozas
Finalmente, el 11 de Diciembre del cursante año, se bendijo el nuevo altar mayor, la pila bautismal, la mesa altar, la capilla del Santísimo, las nuevas lámparas y se colgaron cuatro nuevas campanas construidas en los talleres de la basílica de Guadalupe de Méjico. También se desvelizo un cuadro bellísimo réplica del Cristo de Velásquez.
Quiera Dios que la comunidad mocana, pueda dotar al templo de un electro armonio. Esperamos también que todo el valiosísimo archivo parroquial, sea computarizado, para evitar el deterioro constante de los libros de bautismo, matrimonios y defunciones.
Ahora corresponde a cada mocano, luchar por la conservación del templo y contribuir económicamente para su sostenimiento. (-Continuará-)

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