Redacción
Hasta un máximo de dos moscas
podrán permanecer en los baños públicos de la capital de China, Pekín,
de acuerdo con nuevas regulaciones.
Así lo señala una normativa publicada por las
autoridades de la ciudad, que pretende garantizar estándares mínimos de
limpieza en unos servicios sanitarios que no gozan de muy buena fama.
"Uno puede olerlos antes de verlos.
Yo sólo me aventuro a usarlos cuando estoy muy desesperado", relata el
corresponsal de la BBC en Pekín, Michael Bristow.
De vez en cuando se ve a un empleado local
arrastrar una mopa mugrienta por el piso, pero "sin lograr grandes
resultados", dice nuestro corresponsal.
El papel de baño y el jabón para lavarse las manos son más bien rareza.
La comisión de Administración y Ambiente de la
municipalidad dijo en un comunicado que las regulaciones buscan
estandarizar el manejo de los baños en lugares como parques, estaciones
de tren, hospitales y centros comerciales.
Los servicios ubicados en zonas turísticas
también deben ajustarse a las nuevas normas, según las cuales deberán
instalarse carteles informativos tanto en chino como en inglés.
Otras regulaciones se refieren al manejo y
vaciado de los cubos de basura y a la publicidad desplegada en las
paredes de los baños, la cual debe ser legal y no obstruir su
funcionalidad, según reportó el Beijing Times.
¿Cómo se cumplirá?
De acuerdo con un portavoz de la Comisión,
citado por la prensa local, la regla de las "dos moscas" apunta a
facilitar el monitoreo del cumplimiento de la normativa.
Otra regla, quizás más fácil de verificar, estipula que no puede haber más de dos "objetos desechados" o abandonados por baño.
Pero no está claro si hay sanciones para los
baños con más de dos moscas o más de dos objetos abandonados. Y si tales
penas existen, se ignora cómo se aplicarán.
Algunos medios se refirieron a experiencias
pasadas para expresar dudas sobre la posibilidad de que la normativa
pueda implementarse.
"Uno puede olerlos antes de verlos. Yo sólo me aventuro a usarlos cuando estoy muy desesperado"
Michael Bristow, corresponsal de la BBC en Pekín
Un comentario aparecido en el periódico Beijing News
recordó que un distrito de Pekín intentó imponer una regla similar en
2008, cuando la ciudad era anfitriona de los Juegos Olímpicos, pero que
la higiene y limpieza todavía varía mucho de baño a baño.
Los esfuerzos deberían dirigirse a educar al público sobre cómo usarlos, añadía el comentario.
Según el corresponsal de la BBC en Pekín, hay un lado serio a todo este asunto.
"Mucha gente que vive en los vecindarios más
antiguos de la ciudad no tiene baños propios, y no tiene otra opción que
usar los servicios públicos. Para ellos, estas reglas podrían hacer
menos duro algo que es una inevitable necesidad diaria", señala.
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