PORQUERO, Tenares. Sorpresa y espanto causó en
los familiares de la señora Lidia Díaz, de 90 años de edad que habría
“fallecido” en un hogar de ancianos de la capital, quienes por error
recibieron el cadáver de otra mujer que no conocían.
En esta comunidad del municipio Tenares de la provincia Hermanas
Mirabal todo estaba listo el pasado lunes, en una humilde vivienda para
velar el cadáver, narró Luis Díaz sobrino de la nonagenaria señora.
A eso de las 4:30 de la tarde llegó una ambulancia con el cadáver.
Tanto los familiares y como residentes de la comunidad en medio de
llantos comenzaron a velar a Lidia, sin percatarse aún que no eran los
restos de la anciana los que estaban en el ataúd.
Mientras velaban el cadáver Luis decidió abrir el ataúd para ver por
última vez a su tía y fue entonces cuando se descubrió que estaban
llorando a otra anciana que no era Lidia.
Luis narró que la situación provocó alarma entre los deudos y los
acompañaban que ahora no sabía que había ocurrido en realidad con su
familar.
“La sorpresa fue enorme, yo me espanté cuando vi que esa no era tía
Lidia, por lo que de inmediato llamé a los hombres de la ambulancia que
ya casi cogían la pista y ellos se devolvieron a buscar esa muerta que
no era tía”, siguió explicando.
Atribuyó la confusión a que la señora Manuela Gilbert, de 50 años de
edad, hija de Lidia, quien recibió el cadáver en el hogar de ancianos,
ante el dolor no se percató de que el cadáver que recibía no era el de
su madre.
“Le pedimos al chofer de la ambulancia que nos llevara con el cadáver
de la occisa desconocida al hogar de ancianos ubicado en la avenida
Luperón, en la capital, en lo que fuimos complacidos”, dijo.
Al llegar al asilo a eso de las 8:35 de la noche del mismo lunes,
fue precisamente la señora Lidia, en compañía de una de las personas
que cuida en el lugar, quien los recibió.
“Pero mira muchacho y qué haces tú aquí a esta hora”, exclamó Lidia a su sobrino.
Luis insistió en que el error estuvo en su sobrina Manuela, de la que
cree que por la incomodidad del momento en que se encontraba, no se
percató de que ese no era el cadáver de la madre de ella, sino el de
otra persona pero que respondía al mismo nombre.
UN APUNTE
En esta humilde casa de la comunidad de Porquero, Tenares, vivía hace
5 años la anciana de 90 años Lidia Díaz, cuando su hija Manuela decidió
llevarla a un hogar de ancianos en la capital.El Nacional
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