Por Jesús Hernández
JHernandez@DiarioLasAmericas.com
De República Dominicana conocemos mejor a la ciudad capital y su playa en Punta Cana, pero la nación caribeña cuenta con una larga ribera que supera los 600 kilómetros y guarda en ella un sin número de balnearios secundados por pueblos y exuberante geografía que no parece haber sido dañada por la avalancha del turismo.
Comenzamos en Montecristi con su región natural protegida y continuamos
por Puerto Plata, donde surgió el todo incluido que tanto nos gusta,
para luego llegar a Samaná donde parece perdurar la imagen del paraíso
tropical.
Montecristi
Sobre el extremo oeste de la franja costera, donde el país dominicano comparte frontera con Haití, está Montecristi con su costa abrupta, arrecifes de barrera y playas casi escondidas. Un singular panorama matizado por cayos, manglares y lagunas que miran al mar. Escenario natural que sirve como preámbulo a la zona verde protegida, donde habitan las aves, los manatíes y las tortugas tienen color verde.
Tierra adentro está el núcleo urbano. Lugar donde radica el Museo Máximo Gómez. Casa donde el célebre militar dominicano tuvo el encuentro con el apóstol de la independencia cubana José Martí para pactar la etapa final de la guerra independentista..
Al otro lado del pueblo está El Morro. No es la típica edificación colonial, sino una protuberancia de tierra en forma de camello y rodeada de una singular playa con arena áspera y rojiza. Algo así como un montículo que parece anunciar el arribo al lugar deseado y que por largos años sirvió como faro imaginario a los marinos.
Puerto Plata
La franja costera continúa con más de treinta balnearios. Un impresionante inventario que cuenta con Sosua, Cabarete y Playa Dorada por favoritas.
De hecho, la tercera mencionada tiene a Puerto Plata por pueblo y aeropuerto internacional. Una zona muy bien delimitada por recintos hoteleros de cuatro y cinco estrellas. Hay campo de golf, restaurantes y centro comercial, además del muy popular todo incluido (que precisamente incluye hospedaje, comidas y bebidas por un precio determinado) que luego se esparció a otros rincones del país e incluso países en el Caribe.
Además de playa y el todo incluido, está el pueblo con su plaza principal y casas que recuerdan la vieja arquitectura victoriana, aunque algo más colorida acorde al estilo caribeño.
No obstante, la nueva atracción turística de la zona es el parque acuático Ocean World administrado por una empresa alemana. Un extenso cercado donde reina el placer de disfrutar el agua, además de jugar con focas, delfines e incluso tiburones previamente amaestrados. Todo eso coronado por un casino de 4 niveles que mira al mar con su marina para yates y servicio particular de inmigración.
Samaná
Al otro lado en la franja costera, donde la costa comienza a girar al sur, está la península de Samaná con su entorno tropical paradisíaco prácticamente virgen y desconocido. Un destino turístico, visitado mayormente turistas dominicanos, que cuenta ahora con la cercanía moderada del aeropuerto El Catey. Un antiguo aeródromo nacional reacondicionado a internacional.
En Samaná habita la belleza de unas blancas playas en la costa norte y una inmensa bahía en el sur embellecida por enormes cocoteros, farallones e islotes que hacen al lugar prácticamente maravilloso. Una obra maestra de la Madre Naturaleza que deja perplejo al visitante y te hace vivir en carne propia lo que sintió Cristóbal Colón cuando llegó a esta tierra.
En Cayo Levantado, a donde tan sólo puedes llegar por medio de embarcaciones, hay una pequeña playa de blanca arena y espesa flora. Tan apetecido es este lugar que la cadena hotelera española Bahía Príncipe construyó un moderno complejo hotelero, además de otro, aún mayor, sobre una colina frente al pueblo con marina para 200 yates y un centro comercial.
El pueblo, que también llaman Samaná, cuenta con historia y cultura fusionadas por el paso de los años. El curso de las inmigraciones española, haitiana e incluso afro americana, principalmente de libertos negros del sudeste de Estados Unidos, quienes llevaron las palabras inglesas al hablar de la zona. De ahí que una iglesia del pueblo, que aún dicta sermones en lengua inglesa, le llaman La Chorcha por aquello de “church” en inglés.
¿Cómo llegar allí?
Varias son las aerolíneas internacionales que vuelan a Puerto Plata desde Estados Unidos, además de las que prestan servicio a Samaná desde Puerto Rico y otros enclaves en el Caribe. Recuerde, opte por un paquete turístico que incluya billete de avión, hotel e inclusive transporte terrestre. Si viaja con pasaporte estadounidense no necesita visa. En caso diferente, debe consultar el consulado del país caribeño.
¿Dónde hospedarse?
La oferta hotelera es amplia y variada, destacándose el servicio de “todo incluido” que antes explicábamos. Por ejemplo, el afamado Hotel Victoria, en el sector Playa Dorada, cuenta con una clasificación de cuatro estrellas y un esmerado servicio que incluye hospedaje, comida buffet, bebidas, acceso indirecto a la playa y un amplio campo de golf cuyo fondo es embellecido por la montaña Isabel de Torres.
dromo nacional
reacondicionado a internacional.
En Samaná habita la belleza de unas blancas playas en la costa norte y una inmensa bahía en el sur embellecida por enormes cocoteros, farallones e islotes que hacen al lugar prácticamente maravilloso. Una obra maestra de la Madre Naturaleza que deja perplejo al visitante y te hace vivir en carne propia lo que sintió Cristóbal Colón cuando llegó a esta tierra.
En Cayo Levantado, a donde tan sólo puedes llegar por medio de embarcaciones, hay una pequeña playa de blanca arena y espesa flora. Tan apetecido es este lugar que la cadena hotelera española Bahía Príncipe construyó un moderno complejo hotelero, además de otro, aún mayor, sobre una colina frente al pueblo con marina para 200 yates y un centro comercial.
El pueblo, que también llaman Samaná, cuenta con historia y cultura fusionadas por el paso de los años. El curso de las inmigraciones española, haitiana e incluso afro americana, principalmente de libertos negros del sudeste de Estados Unidos, quienes llevaron las palabras inglesas al hablar de la zona. De ahí que una iglesia del pueblo, que aún dicta sermones en lengua inglesa, le llaman La Chorcha por aquello de “church” en inglés.
¿Cómo llegar allí?
Varias son las aerolíneas internacionales que vuelan a Puerto Plata desde Estados Unidos, además de las que prestan servicio a Samaná desde Puerto Rico y otros enclaves en el Caribe. Recuerde, opte por un paquete turístico que incluya billete de avión, hotel e inclusive transporte terrestre. Si viaja con pasaporte estadounidense no necesita visa. En caso diferente, debe consultar el consulado del país caribeño.
¿Dónde hospedarse?
La oferta hotelera es amplia y variada, destacándose el servicio de “todo incluido” que antes explicábamos. Por ejemplo, el afamado Hotel Victoria, en el sector Playa Dorada, cuenta con una clasificación de cuatro estrellas y un esmerado servicio que incluye hospedaje, comida buffet, bebidas, acceso indirecto a la playa y un amplio campo de golf cuyo fondo es embellecido por la montaña Isabel de Torres.
JHernandez@DiarioLasAmericas.com
De República Dominicana conocemos mejor a la ciudad capital y su playa en Punta Cana, pero la nación caribeña cuenta con una larga ribera que supera los 600 kilómetros y guarda en ella un sin número de balnearios secundados por pueblos y exuberante geografía que no parece haber sido dañada por la avalancha del turismo.
Paisaje Puerto Plata con montaña Isabel de Torres,
Costa en Montecristi y Bahía Samaná con islotes.
Fotos Jesús Hdez.
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Montecristi
Sobre el extremo oeste de la franja costera, donde el país dominicano comparte frontera con Haití, está Montecristi con su costa abrupta, arrecifes de barrera y playas casi escondidas. Un singular panorama matizado por cayos, manglares y lagunas que miran al mar. Escenario natural que sirve como preámbulo a la zona verde protegida, donde habitan las aves, los manatíes y las tortugas tienen color verde.
Tierra adentro está el núcleo urbano. Lugar donde radica el Museo Máximo Gómez. Casa donde el célebre militar dominicano tuvo el encuentro con el apóstol de la independencia cubana José Martí para pactar la etapa final de la guerra independentista..
Al otro lado del pueblo está El Morro. No es la típica edificación colonial, sino una protuberancia de tierra en forma de camello y rodeada de una singular playa con arena áspera y rojiza. Algo así como un montículo que parece anunciar el arribo al lugar deseado y que por largos años sirvió como faro imaginario a los marinos.
Puerto Plata
La franja costera continúa con más de treinta balnearios. Un impresionante inventario que cuenta con Sosua, Cabarete y Playa Dorada por favoritas.
De hecho, la tercera mencionada tiene a Puerto Plata por pueblo y aeropuerto internacional. Una zona muy bien delimitada por recintos hoteleros de cuatro y cinco estrellas. Hay campo de golf, restaurantes y centro comercial, además del muy popular todo incluido (que precisamente incluye hospedaje, comidas y bebidas por un precio determinado) que luego se esparció a otros rincones del país e incluso países en el Caribe.
Además de playa y el todo incluido, está el pueblo con su plaza principal y casas que recuerdan la vieja arquitectura victoriana, aunque algo más colorida acorde al estilo caribeño.
No obstante, la nueva atracción turística de la zona es el parque acuático Ocean World administrado por una empresa alemana. Un extenso cercado donde reina el placer de disfrutar el agua, además de jugar con focas, delfines e incluso tiburones previamente amaestrados. Todo eso coronado por un casino de 4 niveles que mira al mar con su marina para yates y servicio particular de inmigración.
Samaná
Al otro lado en la franja costera, donde la costa comienza a girar al sur, está la península de Samaná con su entorno tropical paradisíaco prácticamente virgen y desconocido. Un destino turístico, visitado mayormente turistas dominicanos, que cuenta ahora con la cercanía moderada del aeropuerto El Catey. Un antiguo aeródromo nacional reacondicionado a internacional.
En Samaná habita la belleza de unas blancas playas en la costa norte y una inmensa bahía en el sur embellecida por enormes cocoteros, farallones e islotes que hacen al lugar prácticamente maravilloso. Una obra maestra de la Madre Naturaleza que deja perplejo al visitante y te hace vivir en carne propia lo que sintió Cristóbal Colón cuando llegó a esta tierra.
En Cayo Levantado, a donde tan sólo puedes llegar por medio de embarcaciones, hay una pequeña playa de blanca arena y espesa flora. Tan apetecido es este lugar que la cadena hotelera española Bahía Príncipe construyó un moderno complejo hotelero, además de otro, aún mayor, sobre una colina frente al pueblo con marina para 200 yates y un centro comercial.
El pueblo, que también llaman Samaná, cuenta con historia y cultura fusionadas por el paso de los años. El curso de las inmigraciones española, haitiana e incluso afro americana, principalmente de libertos negros del sudeste de Estados Unidos, quienes llevaron las palabras inglesas al hablar de la zona. De ahí que una iglesia del pueblo, que aún dicta sermones en lengua inglesa, le llaman La Chorcha por aquello de “church” en inglés.
¿Cómo llegar allí?
Varias son las aerolíneas internacionales que vuelan a Puerto Plata desde Estados Unidos, además de las que prestan servicio a Samaná desde Puerto Rico y otros enclaves en el Caribe. Recuerde, opte por un paquete turístico que incluya billete de avión, hotel e inclusive transporte terrestre. Si viaja con pasaporte estadounidense no necesita visa. En caso diferente, debe consultar el consulado del país caribeño.
¿Dónde hospedarse?
La oferta hotelera es amplia y variada, destacándose el servicio de “todo incluido” que antes explicábamos. Por ejemplo, el afamado Hotel Victoria, en el sector Playa Dorada, cuenta con una clasificación de cuatro estrellas y un esmerado servicio que incluye hospedaje, comida buffet, bebidas, acceso indirecto a la playa y un amplio campo de golf cuyo fondo es embellecido por la montaña Isabel de Torres.
En Samaná habita la belleza de unas blancas playas en la costa norte y una inmensa bahía en el sur embellecida por enormes cocoteros, farallones e islotes que hacen al lugar prácticamente maravilloso. Una obra maestra de la Madre Naturaleza que deja perplejo al visitante y te hace vivir en carne propia lo que sintió Cristóbal Colón cuando llegó a esta tierra.
En Cayo Levantado, a donde tan sólo puedes llegar por medio de embarcaciones, hay una pequeña playa de blanca arena y espesa flora. Tan apetecido es este lugar que la cadena hotelera española Bahía Príncipe construyó un moderno complejo hotelero, además de otro, aún mayor, sobre una colina frente al pueblo con marina para 200 yates y un centro comercial.
El pueblo, que también llaman Samaná, cuenta con historia y cultura fusionadas por el paso de los años. El curso de las inmigraciones española, haitiana e incluso afro americana, principalmente de libertos negros del sudeste de Estados Unidos, quienes llevaron las palabras inglesas al hablar de la zona. De ahí que una iglesia del pueblo, que aún dicta sermones en lengua inglesa, le llaman La Chorcha por aquello de “church” en inglés.
¿Cómo llegar allí?
Varias son las aerolíneas internacionales que vuelan a Puerto Plata desde Estados Unidos, además de las que prestan servicio a Samaná desde Puerto Rico y otros enclaves en el Caribe. Recuerde, opte por un paquete turístico que incluya billete de avión, hotel e inclusive transporte terrestre. Si viaja con pasaporte estadounidense no necesita visa. En caso diferente, debe consultar el consulado del país caribeño.
¿Dónde hospedarse?
La oferta hotelera es amplia y variada, destacándose el servicio de “todo incluido” que antes explicábamos. Por ejemplo, el afamado Hotel Victoria, en el sector Playa Dorada, cuenta con una clasificación de cuatro estrellas y un esmerado servicio que incluye hospedaje, comida buffet, bebidas, acceso indirecto a la playa y un amplio campo de golf cuyo fondo es embellecido por la montaña Isabel de Torres.
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