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![Las piedras de Ica: ¿serán un mensaje de los tiempos antediluvianos? Las piedras de Ica: ¿serán un mensaje de los tiempos antediluvianos?](http://m.ruvr.ru/data/2012/11/25/1277422924/9%D0%B7%D0%B0%D0%B3%D1%80%D1%83%D0%B6%D0%B5%D0%BD%D0%BD%D0%BE%D0%B5.jpg)
Foto: epochtimes.com.ua
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Los mayas, que por pereza no siguieron confeccionando su calendario, obligaron a los descendientes a temblar de miedo en espera del fin del mundo.
Pero alguien no tuvo pereza de
grabar miles de piedras para enviar al futuro una noticia más grata: el
fin del mundo ya tuvo lugar.
Este año se informó de
que en Kamchatka se descubrieron fósiles muy extraños. Podían ser
tomados por restos de animales antiguos. Pero el problema residía en que
sus formas eran demasiado correctas. Los fósiles se asemejaban más bien
a las piezas de cierto mecanismo, a piñones de diferente tamaño. A
juzgar por el estrato en que fueron hallados los piñones parece que
tienen cerca de cuatrocientos millones de años. Los medios de
comunicación informaron de que quienes investigaron el hallazgo –el
arqueólogo de San Petersburgo, Yuri Gólubev, y un colega suyo de EEUU–
supuestamente han confirmado que los fósiles parecen ser piezas de
cierta máquina.
La ciencia oficial de Kamchatka
ignoró el hallazgo. Pero la prensa recordó otros artefactos, que en su
tiempo causaron gran revuelo. Por ejemplo, unos extraños objetos
esféricos de un tamaño de entre 2,5 y diez centímetros, que de vez en
cuando encuentran los mineros en rocas, cerca de la ciudad sudafricana
de Klerksdorp. La edad aproximada de las rocas en que encuentran las
esferas es de tres millardos de años. No existe una opinión única sobre
la procedencia de estos objetos. Los partidarios de su procedencia
artificial aducen que las esferas presentan claros indicios de su
procesamiento tecnológico: incisiones longitudinales. Pero los geólogos
afirman que las esferas representan en sí formaciones naturales,
mientras que las incisiones que presentan son resultado de la eolización
y oxidación naturales.
Más complicado aún es
explicar las causas naturales del hallazgo hecho durante un viaje por
Texas en 1934 por Emma Han, vecina de la localidad de London, situada en
ese estado norteamericano. Ella encontró un martillo incrustado en el
interior de una roca. El mango, que en su tiempo fue de madera, estaba
petrificado. Pero el propio artefacto se conservó en perfecto estado, ya
que fue hecho con buen metal, que el hombre aprendió a obtener no antes
de diez mil años atrás. La paradoja consiste en que el martillo “echó
raíces” en la roca petrificada, cuya edad, según algunos científicos, es
de no menos de sesenta y cinco millones de años, o sea que data de la
época de los dinosaurios.
No obstante, suele
considerarse que la gente que pudo hacer tal martillo, apareció en la
Tierra decenas de millones de años después de la extinción de los
dinosaurios. Por consiguiente, la gente de ninguna manera pudo ver vivos
a los dinosaurios. ¿Pero qué decir de los dibujos rupestres en la
provincia peruana de Ica?
Esos dibujos representan a
dinosaurios reales de diferentes tipos, que los especialistas reconocen
muy bien: triceratops, stegosaurus, brontosaurus y tyrannosaurus.
Además, en esos dibujos con frecuencia aparecen seres humanos, que están
a la caza de dinosaurios o los utilizan como medio de transporte. Por
ejemplo, andan montados en triceratops o vuelan en pterodactyloideas. En
las piedras de Ica también aparecen las imágenes de mamíferos, extintos
hace mucho tiempo, que son característicos solamente del continente
americano. Además, pueden apreciarse escenas de operaciones quirúrgicas
de trasplante de corazón y hasta de cerebro, y dibujos de sistemas
estelares y de diversos aparatos voladores. Lo primero que viene a la
cabeza al ver las fotografías de las piedras de Ica, que abundan en
Internet, es que son falsificaciones hechas en nuestros días para los
turistas ingenuos. Pero no todo es tan simple.
Las
primeras menciones que se hacen de las piedras con las imágenes de
extraños animales aparecen en 1570 en la crónica del cronista indígena
Joan de Santa Cruz Pachacuti Yanqui Salcamaygua, “Relación de
antigüedades deste reyno del Piru". A principios de los años sesenta del
siglo XX las piedras de Ica empezaron a venderse casi regaladas, en el
mercado negro de antigüedades del Perú. Se volvieron famosas gracias a
la labor desarrollada por el profesor de medicina de la Universidad de
Lima, Javier Cabrera (1924-2001). Al recibir la primera piedra como
regalo de cumpleaños en 1961, el profesor dedicó después casi cuarenta
años para recolectar y estudiar las piedras, y hasta para fundar un
museo, que cuenta actualmente con más de once mil “adoquines” de un
tamaño que oscila entre treinta centímetros y un metro y medio,
cubiertos con los dibujos grabados. En 1976 Cabrera publicó el libro “El
mensaje de las piedras grabadas de Ica”, en el que expone la siguiente
hipótesis: una civilización altamente desarrollada, que existió en la
Tierra en otros tiempos, registró en las piedras la historia del
desarrollo de la humanidad y las dejó en el planeta antes de abandonarlo
por la catástrofe global que se cernía. Por ejemplo, el Diluvio
Universal. Por lo visto, las piedras fueron escogidas como material
capaz de sobrevivir cualquier cataclismo. Y la simpleza de los dibujos,
incluyendo las escenas de las operaciones quirúrgicas, estaba llamada a
que este mensaje con el tiempo resulte comprensible a la humanidad que
sobrevivió una catástrofe.
En Ica, Cabrera se hizo
acreedor a la medalla de oro de la ciudad y al título de “Hijo ilustre
de Ica”. Pero muchos lo consideraban un loco y otros – un falsificador.
Esta gente declaró que las piedras de Ica eran una falsificación
contemporánea que no merece mayor atención. Este veredicto se fundaba,
entre otras cosas, en las declaraciones hechas por los excavadores
peruanos que suministraban las piedras a Cabrera y que reconocieron que
ellos mismos las grababan.
Pero, según el historiador
ruso Andrei Zhúkov, las deducciones de los detractores de Cabrera están
llamadas a desacreditar sus suposiciones y declarar, la colección de
piedras con grabados que reunió, colección de falsificaciones, que no
resiste crítica alguna.
En primer lugar, la venta
ilegal de antigüedades en Perú es considerada un delito. Por eso la
gente que suministraba las piedras a Cabrera se vio obligada a declarar
que ellos mismos grababan las piedras, para evitar una persecución
penal. En segundo lugar, las falsificaciones se diferencian de las
piedras auténticas por la técnica del grabado. Y, en tercer lugar, la
peritación de varias decenas de piedras, incluso con imágenes de
dinosaurios, practicada a petición de Cabrera por la Compañía Minera
Mauricio Hochshild con sede en Lima, confirmó su antigüedad. Resultados
similares dieron las peritaciones realizadas en las universidades de
Bonn y de Lima, y en el laboratorio de la Escuela de Ingeniería de Lima.
Zhúkov
sostiene que una prueba de la autenticidad de la colección de Ica son
la imágenes de algunos dinosaurios, cuyos restos fueron descubiertos por
paleontólogos a principios de los años 1990, o sea ya después de que
estas imágenes se vieran en la colección de Cabrera. Se trata en
particular de imágenes de diplodocus con espinas de queratina alrededor
del dorso, semejantes a las que tenían los stegosaurus. Se hace difícil
imaginar que los campesinos peruanos semianalfabetos, que supuestamente
se dedicaban a falsificar los artefactos, podrían inventar semejante
animal o dibujar las escenas de trasplante de corazón y de cerebro, que
asombraban por la precisión de los detalles. También es dudoso que en el
hipotético taller clandestino trabajaran expertos químicos, que sabían
cómo avejentar las piedras para engañar a los expertos. Y, por último,
sería simplemente imposible encubrir la existencia de tales
laboratorios, que extraían decenas de miles de piedras grabadas.
En
síntesis, la colección de Cabrera puede ser realmente auténtica. Pero
si estamos de acuerdo con esto, entonces habrá que poner en tela de
juicio nuestras nociones actuales sobre la historia de la Tierra. Son
muchos los hechos que cimentan semejante tipo de dudas. (La Voz de Rusia)
mj/mo
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