¿Se enfrÃan las relaciones entre la Iglesia Católica y el
gobierno cubano?
Fernando RavsbergBBC Mundo, La Habana
Monseñor Bertone
fue la primera personalidad en visitar al presidente Raúl Castro.
La cúpula de la
Iglesia Católica Cubana parece querer dejar claro los lÃmites de su alianza con
el gobierno de Raúl Castro, al demandar este domingo que se realicen cambios polÃticos
acompañando las reformas económicas que se llevan adelante desde el 2008.
Hace 20 años
otra carta pastoral, "El amor todo lo puede", provocó una enorme
crisis en las relaciones entre Fidel Castro y el clero católico. La negociación
para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998 permitió acercar las
posiciones.
Pero fue con la
llegada de Raúl Castro a la presidencia, en 2008, que lograron superar la
desconfianza, al grado de que la iglesia católica se convirtió en el
interlocutor con el que se negoció la excarcelación de todos los presos
polÃticos y 3.000 comunes.
A pesar de que
esta alianza les ha permitido ganar a ambos un enorme espacio polÃtico, no es
nada desdeñable la oposición que enfrenta tanto el presidente Raúl Castro
dentro del liderazgo comunista como el Cardenal Jaime Ortega entre los obispos.
Demandas matizadas
En la carta
pastoral se expresó que "las esperanzas de un futuro mejor incluyen
también un nuevo orden polÃtico", agregando que "creemos
imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al dÃa de
la legislación nacional en el orden polÃtico".
El pragmatismo
del cardenal Jaime Ortega le permitió convertir a la Iglesia Católica en el
principal interlocutor del gobierno dentro de Cuba.
La solicitud de
apertura fue matizada este lunes por el portavoz de la Conferencia Episcopal,
quien expresó que "serÃa un poco utópico imaginar elecciones en un corto
plazo, pero al menos que se escuchen voces que no sean las que estén afiliadas
en una lÃnea o en una orientación oficial estricta".
En pocas
palabras, tras reclamar apertura polÃtica precisaron que no estaban solicitando
que se incluyeran elecciones pluripartidistas sino una ampliación del dialogo a
"grupos y personas que tienen un pensamiento diferente al oficial y que
deben ser tenidos en cuenta".
Las relaciones
bilaterales se podrÃan estar enfriando también de parte del gobierno cubano, la
atención a otras religiones se ha hecho patente con la presencia del
vicepresidente, Miguel DÃaz Canel, en una actividad de la SanterÃa, religión
afrocubana mayoritaria en la isla.
La tregua
Desde 1959 las
relaciones Iglesia-Estado fueron tensas, el clero apoyó abiertamente a los
enemigos de Castro al punto de colaborar en el envÃo a EEUU de 14 mil niños sin
sus padres. Por su parte el gobierno expulsó a cientos de curas extranjeros y
marginó las religiones.
"SerÃa un
poco utópico imaginar elecciones en un corto plazo, pero al menos que se
escuchen voces que no sean las que estén afiliadas en una lÃnea o en una
orientación oficial estricta."
Conferencia
Episcopal Cubana
El cardenal
Ortega y el presidente Castro parecen haber encontrado un camino que beneficio
a las instituciones que representan. La Iglesia Católica avaló
internacionalmente al gobierno cubano y este cedió en muchos de los reclamos de
los religiosos.
La primera
personalidad que recibió Raúl Castro después de ser investido como presidente
fue un enviado personal del Papa Juan Pablo II. Monseñor Tarcisio Bertone se
convirtió en la primera personalidad que visitaba Cuba sin reunirse con la
disidencia.
Ortega, cabeza
de la Iglesia Cubana, se alejó también de los disidentes de origen católico, como
el lÃder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá, quien acusó al
prelado de pretender crear un partido al margen de la disidencia tradicional.
Sin embargo, el
cardenal nunca logró que sus obispos lo obedecieran a plenitud, incluso durante
el juicio para esclarecer la muerte de Payá, la familia del disidente fue
trasladada a las conferencias con la prensa extranjera en vehÃculos facilitados
por miembros del clero.
¿Se retira Ortega?
En cÃrculos
católicos se especula con que el cardenal Ortega deberá dejar su cargo pronto
por razones de edad y que los sectores más duros podrÃan llegar a controlar la
posición de la Iglesia Cubana, previendo una nueva era de choques con el
gobierno.
No es menos
cierto que Raúl Castro ya tiene poco que ofrecerles, facilitó el acceso de los
religiosos a las cárceles y hospitales, y permitió el ingreso de monjas y curas
extranjeros al paÃs, una medida clave para una iglesia que siempre fue incapaz
de nutrirse de cubanos.
Ahora el clero
reclama nuevos pasos como el acceso a la educación y a los medios de prensa,
pero es muy improbable que, a corto plazo, le permitan fundar colegios privados
católicos o crear radios, canales de TV y periódicos controlados por la
iglesia.
De todas formas,
estos asuntos no se dirimen solo en Cuba, mucho tiene que decir también Roma.
El escaso número de fieles hace que la iglesia cubana sea más dependiente del
Vaticano y la disciplina dentro del clero es comparable a la que existe en el
Partido Comunista.
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