La voz de Rusia

© Foto: Flickr.com/west.m/сс-by
Para 2050, las páginas de usuarios fallecidos en Facebook sumarán quinientos millones. Y a pesar de su muerte, las cuentas seguirán activas en las redes sociales, porque los familiares no tienen la clave de acceso a las mismas. Curiosamente, casi no hay paises donde las leyes regulen este asunto. ¿No será el momento de imponer el derecho de herencia a las cuentas de Internet?
Las personas sensatas no solo aseguran su vida
o dejan un testamento, sino que van más allá, dejando expresa su
voluntad postrera acerca de los archivos electrónicos que le pertenecen.
Son pocos los que lo hacen, como también lo son las personas de
conciencia, en general. La legislación, como de costumbre, va a la zaga
de la realidad. Paradójicamente, la única opción que tienen los
familiares para usar la cuenta del fallecido en una red social o
proteger su nombre de una posible profanación es través de un juicio. Ya
en 2004, los padres del soldado estadounidense Justin Ellworthy, muerto
en Iraq, reclamaron a Yahoo el acceso a su correo electrónico. Yahoo
rechazó la petición argumentando que la cuenta de Justin era propiedad
de la empresa, sujeta a la ley de la confidencialidad de la
correspondencia. Los padres ganaron el respectivo proceso judicial, pero
el caso no hizo cambiar la legislación. Y es que se trata de un estrato
enorme de la vida de muchos usuarios activos de redes sociales. Y de
toda persona que tenga correo electrónico, archivos de fotos, vídeos y
audios, diarios, blogs y otra información guardada en Internet. Sin
hablar ya de dinero electrónico y los datos bancarios.
Conscientes
de que el número de cuentas inactivas crece con la ampliación de la red
de usuarios, muchas compañías privadas ofrecen el servicio de
funerarias electrónicas, o simplemente archivan todos los datos del
usuario en su propio servidor, de esta manera crean una copia de reserva
de todas las cuentas. A su vez, el usuario indica con antelación qué se
debe hacer con estos datos después de su muerte dejándolos en poder de
sus personas de confianza.
Este problema tiene dos
aspectos: el legal y el moral. El analista jefe del Centro Social
Regional para las Tecnologías de Internet y coordinador del Centro de
Seguridad de Internet en Rusia, Urván Parféntiev, dice que la página de
un usuario muerto puede ser “hackeada” con fines distintos, por ejemplo,
para colgar en ella cualquier información ilegal, desde un llamado a la
violencia hasta la propaganda de drogas:
–En
algunos servidores de redes sociales que permiten comentarios ajenos,
en la página inactiva pueden aparecer números mensajes parásitos.
El
experto agrega que aventurar estimaciones para el año 2050 no tiene
sentido, porque el desarrollo de Internet puede tomar formas
absolutamente imprevisibles:
–No
sabemos cómo van a ser las redes de comunicación e información en el
futuro y si persisten en su forma actual. No sabemos cómo va a ser
Internet y sus tecnologías y si se mantiene Facebook y cómo operará.
Hay
que dar una solución legislativa a este problema. Los parlamentarios y
el Tribunal Supremo deben reaccionar definiendo el estatus de las
cuentas de Internet, tal como lo hicieron con las ventas electrónicas.
–Las
normas que regulan el derecho hereditario son muy antiguas y se
remontan al Derecho Romano. Nuestra legislación civil es bastante clara y
precisa en este aspecto. Otra cosa que hace falta es una disposición
del Tribunal Supremo para determinar el estatus legal de los activos de
Internet pertenecientes a la ciudadanía. Y no hablamos del comercio
electrónico, donde todo está más o menos claro. Es importante definir si
un correo electrónico o una cuenta de red social son análogos de un
sitio web tradicional, respecto al cual ya se están solucionando muchos
temas legales. Se precisa el papel rector del Tribunal Supremo en este
asunto.
Los propietarios de redes sociales
permanecen inertes en este aspecto, porque el gran número de cuentas
“muertas” no les molesta, sino que en cambio les permite inflar las
estadísticas, hablando de mayor número de usuarios. Sin ellos, nadie
puede saber si el dueño de la página está vivo o muerto. La directora
del proyecto Mundo de Internet de la Fundación Opinión Pública, Svetlana
Borísova, señala que hacen falta nuevas tecnologías:
–A
lo mejor, necesitamos innovaciones tecnológicas capaces de verificar el
carácter de gestión de tal o cual usuario en la red social, para
definir si se trata de una cuenta “muerta” y, si lo es, proceder al
cierre de la misma, siempre intentando contactar previamente con su
propietario registrado.
Muchos sabemos lo
estresante que es leer entre las noticias de una red social el “mensaje”
de un amigo fallecido. Es una situación antinatural. Y los legisladores
tendrán que afrontar este problema, tarde o temprano. Mientras tanto,
uno debería pensar con anticipación en la seguridad de su vida virtual
después de la muerte.
nv/kg/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario