Cuando Colombia gana en el
fútbol, el país entero celebra. Pero demasiado a menudo los festejos
terminan provocando pleitos y causando muertes que le quitan brillo a la
ocasión.
"La celebración del Mundial dejó 3.000 riñas, 15
heridos, 9 muertos. Así no es", se quejó el domingo pasado vía Twitter
el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, un día después de la victoria sobre
Grecia con la que Colombia hizo su debut en Brasil.
"Mañana consejo (de seguridad) para
plan del jueves", informó luego el alcalde capitalino, en referencia al
juego del combinado nacional contra Costa de Marfil que tendrá lugar
hoy.
Y aunque algo tapados por la felicidad del 5 a 0
infligido a Argentina en ruta al Mundial de 1994, los colombianos no
olvidan los 76 muertos y 912 heridos de aquella apoteósica celebración.
"Fue una celebración desbocada", recuerda el
periodista Mauricio Silva, autor del libro "El 5-0, o la increíble
crónica del partido que cambió para siempre la historia del fútbol
colombiano".
"La celebración del Mundial dejó 3.000 riñas, 15 heridos, 9 muertos. Así no es"
Gustavo Petro, alcalde de Bogotá
"Y es una cosa muy ligada al fútbol. Porque con
el Giro de Italia (los colombianos) no salen de la misma forma a las
calles, ni con una medalla olímpica, que son logros mucho más grandes
que ganar un partido de primera ronda", le dice a BBC Mundo.
En cambio, explica Silva, desde la década del 90
los triunfos futbolísticos colombianos acostumbran ser celebrados en la
calle "echando maicena" –harina de fécula de maíz– a los transeúntes.
"Y los festejos casi siempre terminan en la
mezcla maldita del alcohol con la riña, que es lo que produce las
muertes", afirma el periodista de El Tiempo, quien espera que en esta
oportunidad las autoridades estén más preparadas para la ocasión.
Intolerancia y alcohol
El experto en convivencia y seguridad ciudadana Hugo Acero, ofrece una explicación muy parecida a la de Silva.
Pero él considera que las muertes del sábado no
son un problema achacable al fútbol, sino a un déficit de cultura
ciudadana que es particularmente evidente en el caso de Bogotá.
Colombia es un país de apasionados por el fútbol.
"Si miras las cifras de otras ciudades, no
sucede lo mismo. En el caso de Barranquilla, por ejemplo, el pasado fin
de semana fue uno de los más tranquilos. Y Barranquilla es una ciudad
que vive y goza el fútbol", le dice a BBC Mundo.

Además, según Acero, en contraste con los
barranquilleros, que año con año celebran el carnaval más importante del
país, los bogotanos no están acostumbrados a las celebraciones masivas y
eso se nota en sus reacciones al uso de ciertos elementos, como harinas
o agua, durante los festejos.
"En Barranquilla la gente sabe que esto se va a
dar y se prepara, no sólo en su vestimenta, sino en su actitud. En el
caso de Bogotá no hay costumbre y algunas personas se sienten agredidas,
lo que genera los enfrentamientos, a menudo bajo efectos del licor,"
explica el experto.
La celebración colectiva de los jugadores colombianos fue considerada una de las mejores del mundial.
Y el licor es también el elemento común a la
violencia presente en otras celebraciones, como la del Día de la Madre o
el Día del Amor y la Amistad, que también suelen saldarse con elevados
números de muertos en este país suramericano.

"Es tradicional, y no solamente en Colombia,
sino en la mayoría de los países que los muertos se incrementen los
fines de semana y los días de pago –y más si coincide con el fin de
semana– porque hay ingesta de alcohol y esa ingesta de alcohol hace que
la gente esté más predispuesta a enfrentar el riesgo", explica Acero.
Mientras que, según el experto, el aumento del
número de muertos durante el Día de la Madre tiene que ver con que la
ocasión propicia el reencuentro de familiares "que en algunos casos han
tenido problemas y no los han solucionado. Y bajo efectos del licor
explota el problema y genera enfrentamientos".
"Igual sucede con el día del amor y la amistad:
aparecen los desengaños, los celos y bajo los efectos del licor afloran
esas cosas que no se han podido decir".
Educación ciudadana
Por eso, para Acero, para evitar violencia y
muertes durante las celebraciones colombianas es necesario garantizar la
aplicación de normas de seguridad, que en algunos casos pueden incluir
la prohibición de venta de alcohol en espacios públicos, además de un
necesario aumento de la presencia policial.
"Pero en el mediano y largo plazo la solución
pasa, sobre todo, por ayudar a crear cultura ciudadana, de manera que se
respeten las normas pero también que se respete al otro", le dice el
especialista a BBC Mundo.
Y proyectos como el "Golombiao" (ver video) –un
juego de fútbol con reglas modificadas para ayudar a inculcar en los
niños los conceptos de tolerancia e inclusión social, iniciativa de
Unicef– demuestran que deporte más popular del mundo puede ser empleado
en esa labor.
El ministerio del Interior, por su parte,
también trabaja con un Plan Decenal de Fútbol que lo utiliza para
promover valores de convivencia, aprovechando que siete de cada diez
colombianos afirman que este deporte es muy importante para su vida. (Y
la cifra probablemente aumenta cuando juega la selección).
Y a través de su campaña "Fútbol en paz" también
ha estado invitando a la gente a celebrar sin violencia en caso de un
buen resultado ante Costa de Marfil.
Por lo pronto, sin embargo, Mauricio Silva no
cree que haya que preocuparse especialmente por las celebraciones que
pudieran seguir a una victoria de Colombia sobre el conjunto africano,
aunque eso prácticamente sellaría la clasificación a a la segunda ronda
del Mundial.
"Yo creo que con lo que pasó el sábado (las
autoridades) ya deben estar muy alertadas", explica Silva, quien antes
de los partidos importantes de la selección acostumbra recurrir a
Twitter para pedir que la fiesta se tenga en paz.
"Pero además, a octavos de final llegamos en el
90. Pero si llegan a cuartos, será el logro más importante en la
historia del fútbol colombiano", le dice a BBC Mundo.
Una importante victoria. Que sería doble si además nadie muere durante la celebración.
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