
MocaCity, Espaillat, República Dominicana (MC).- Su mirada no miente, siente desamparo, y aunque - El chino - ni siquiera sabe cuándo fue la última vez que durmió en un hogar por lo menos comparte su sueño con unos cartones que le sirven de almohada en una de las aceras de las calles de la ciudad. Con su viejo pantalón maltratado y su gorra azul vestida de pobreza parece olvidarse del tiempo, andando de arriba hacia abajo sin rumbo fijo, comiendo lo que aparece, y de vez en cuando disfrutando de un “aperitivo” en cualquier tanque de basura.
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