Por: Dr. Carlos Pérez
Todo quehacer que busca lo desconocido de hecho implica un nuevo desafío, una aventura y un reto, lo cual debe ser considerado como una cualidad de la valentía, porque vence la desconfianza en pro de dar origen a nuevas luces o experiencias, es decir, exploración del ignorado horizonte. A pesar de los episodios aventureros que en ocasiones circunda la valentía, todo su accionar debe estar amparado por la lógica, la prudencia y la sensatez, pues las mismas son instrumentos de auxilio para lograr el objetivo anhelado, independientemente de las quimeras que pueda encerrar la aspiración y de esta manera llegar con éxito al norte deseado.
La valentía, es una peregrinación hacia lo descocido apoyada en el coraje que se posa en el pensamiento, que obliga a afrontar con firmeza las consecuencias de las actitudes perturbadoras producto de los desaciertos; es la disposición de enfrentar situaciones para no perecer en el tremedal de la adversidad; y aun más cuando se defiende un principio por convencimiento y admitir las debilidades que se anidan en el ser con humildad.
La valentía es enfrentar con intrepidez las injusticias y los reveses, sin importar las consecuencias; es arriesgarse en eras de un ideal, “la valentía a veces falla en lo inmediato, pero siempre a la larga genera un resultado positivo”. En definitiva la valentía es la energía inspiradora que produce una simbiosis entre la sensibilidad y el pensamiento para enrumbarla por el sendero de lo pretendido. El filosofo y maestro espiritual hindú Osho al referirse a la valentía precisa que “la valentía no es la falta de miedo. La falta de miedo surge cuando cada vez te vuelves más valiente. La falta de miedo es la experiencia absoluta de la valentía.” La valentía, no es tener miedo, sino tener el coraje para vencerlo y abrir un espacio donde predomine la disposición para superar las cosas ordinarias y de esta manera dar origen a la extraordinaria. La valentía, es estar dispuesto al fracaso por emprender una gestión y no quedarse tranquilo ante la posibilidad de una derrota.
Todo quehacer que busca lo desconocido de hecho implica un nuevo desafío, una aventura y un reto, lo cual debe ser considerado como una cualidad de la valentía, porque vence la desconfianza en pro de dar origen a nuevas luces o experiencias, es decir, exploración del ignorado horizonte. A pesar de los episodios aventureros que en ocasiones circunda la valentía, todo su accionar debe estar amparado por la lógica, la prudencia y la sensatez, pues las mismas son instrumentos de auxilio para lograr el objetivo anhelado, independientemente de las quimeras que pueda encerrar la aspiración y de esta manera llegar con éxito al norte deseado.
La valentía, es una peregrinación hacia lo descocido apoyada en el coraje que se posa en el pensamiento, que obliga a afrontar con firmeza las consecuencias de las actitudes perturbadoras producto de los desaciertos; es la disposición de enfrentar situaciones para no perecer en el tremedal de la adversidad; y aun más cuando se defiende un principio por convencimiento y admitir las debilidades que se anidan en el ser con humildad.
La valentía es enfrentar con intrepidez las injusticias y los reveses, sin importar las consecuencias; es arriesgarse en eras de un ideal, “la valentía a veces falla en lo inmediato, pero siempre a la larga genera un resultado positivo”. En definitiva la valentía es la energía inspiradora que produce una simbiosis entre la sensibilidad y el pensamiento para enrumbarla por el sendero de lo pretendido. El filosofo y maestro espiritual hindú Osho al referirse a la valentía precisa que “la valentía no es la falta de miedo. La falta de miedo surge cuando cada vez te vuelves más valiente. La falta de miedo es la experiencia absoluta de la valentía.” La valentía, no es tener miedo, sino tener el coraje para vencerlo y abrir un espacio donde predomine la disposición para superar las cosas ordinarias y de esta manera dar origen a la extraordinaria. La valentía, es estar dispuesto al fracaso por emprender una gestión y no quedarse tranquilo ante la posibilidad de una derrota.
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