Por Venecia Joaquín
Soy débil con las acciones que envuelven amor. Tienden a convencerme. Más aun
cuando a todas luces es sincero y
desinteresado. Margarita ama a Leonel. No hay dudas. Me entere que la chispa surgió,
cuando lo vio en el Palacio Nacional desempeñándose como Primer Mandatario de
la nación. Ahí comprendió que era el amor de su vida. No vacilo en unirse en matrimonio y procrear una hija.
Hoy, defiende con vehemencia el espacio que le
corresponde como esposa. El que se desprende de que su marido sea Presidente de
la Republica, del PLD, de la Fundación Global. Quiere estar cerca, meterse de
lleno en su mundo, demostrarle sus afectos. Es posible que por eso aceptara ser
candidata Vice presidencial. Dispuesta al sacrificio para seguir con la
complicidad de sus directrices. ¡Eso es amor!.
Pero resulta
que le están pidiendo que tome licencia como
Gerente del Despacho de Primera Dama. Se resiste a dejar esa posición, no
porque tiene un presupuesto de 660
millones de pesos, superior al de los ministerios de la mujer y de la juventud
sino porque la alejan de su marido. Fue clara al decir “no puedo tomar licencia como esposa del Presidente ni quiero
dejar de ser la esposa de mi marido”.¡Bien por ti!. Eso es, “amor del negrito”, como dicen en mi
campo.
Para la población, es buena noticia saber que su
Presidente es cuidado y mimado. Su misión, es agotadora. Tranquiliza saber que
cuando llega a su hogar, encuentra una mujer amorosa, descansada, que le soba
los pies y ayuda a serenarse. Alguien que no quiere dejar su rol de esposa en
ningún escenario. Siempre a su lado, en
las buenas y malas, en el Palacio
Nacional o en Villa Juana. Por Dios, no le pidan que tome licencia. ¿Alejarse de su marido, de
su amor? ¿Y es loco que están?
No le empañen
su felicidad diciendo que la ley electoral en su artículo 69 establece que todo empleado o funcionario público que sea
postulado por una organización política, desde el momento en que su candidatura
sea aceptada por la JCE, quedara suspendido de sus funciones hasta el día
siguiente de las elecciones. Eso será para los demás pero no para la esposa del
Presidente.
Tampoco le
hablen de que el artículo 80, de la ley de administración pública, prohíbe a
las personas que administran presupuesto del Estado, atender intereses de
partidos, en el ejercicio de sus funciones. De seguro que cuando hicieron esas
leyes, no pensaron en la pareja presidencial que se ama. Urge que el Congreso se reúna y las cambie.
Margarita esta
dando lecciones de amor. No la interrumpan. No puede ni quiere tomar licencia como esposa
del Presidente ni del marido. Por supuesto, la misma persona. Solo los que no saben de amor, le dan matiz político a sus luchas.
Es poco romántico que visualicen el Despacho como un puesto público, sostenido
con impuestos del pueblo y que mal utiliza
en campaña politica. En realidad, para
ella es como un trono donde llego por
amor. Puede hacer lo que quiera. De ahí que sus actividades no solo son cuestión
de nación, en el fondo defiende una gran pasión. ¿Qué podemos hacer?¿Despertarla
o dejarla soñar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario