miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Temor en las personas




Por: Lic. Amable Guzmán
Siempre ha existido el temor desde la aparición del hombre sobre la tierra y en la medida que surgen los intereses particulares o se desea el bien ajeno.
Estamos convencidos que hoy vemos reacciones de manifestación del miedo, a las cuales nunca imaginamos que pudieran ocurrir, sobre todo en nuestro país, después de pasadas las épocas de coerción a la libertad, la más reciente llamada los doce años de Balaguer, donde las personas se limitaban de realizar ciertas actividades, por temor a ser blanco de los serviles del gobierno.
Esas situaciones limitativas, amedrentan a unos mientras a otros los indigna, llenándose de ira y coraje, levantando los ánimos, para expresarse en contra de la manera de conducir los destinos de un país por un determinado gobierno, formándose escenas y cuadros que son parte de una historia, donde los protagonistas son decenas de dominicanos que entregaron sus vidas, defendiendo ideales a favor de la causa.
Otras acciones de protestas hicieron cambiar el estilo de gobernar del Dr. Balaguer, cuando en el año 1978, se le dio un voto en contra a su política represiva. Más tarde vuelve a convertirse en el Presidente de los dominicanos, realizando un mandato con características diferentes a las anteriores.
Son situaciones que, perfectamente se sabe cual es el objetivo a vencer para expresarse de distintas maneras, denunciando que no se comparten los postulados presentados por un determinado gobernante.
Hay otros escenarios del temor, que llena de espanto, porque aquí el enemigo posee tantos perfiles que, resulta imposible identificarlo, este comparte entre nosotros, no por una idea política o social como los casos que vimos anteriormente, lo hace porque su propósito es robar y esa acción no importa si la cantidad de dinero es poco o mucho, no importa si es de día o de noche, no importa que esté en soledad o haya muchas personas, no importa que sea un bien de poca monta o de gran valor, no importa que sea un bien público donde todos somos dueños, no importa si la víctima es indefensa o no. Basta que lo que posea le interese por el momento al delincuente, jugándose la víctima su vida, entre la decisión de un bandido, que no aporta ni aportará nada a la sociedad.
El robo es condenado en todos los regímenes legales del mundo, ni siquiera en “La Baraja Bendita”, Glauco del Mar, pudo justificar romper una vitrina robando su contenido, para dar de comer a su familia, basando su defensa en los diversos formatos de la baraja.
Esas personas que, permanentemente nos mantienen con el temor a flor de piel, usando nosotros mecanismos de defensa y tomando acciones que ofrezcan un poco más de seguridad, ante cualquier eventualidad. Con un arsenal de interrogantes que se quedan en el silencio, sobre si es hombre o mujer el que puede tomar acción violenta contra nosotros, es un miembro de la familia o cualquier ciudadano; la edad que puede tener, su tamaño, color de piel, lugar de origen, su descendencia, prontuario ante hechos similares, si es conocido o no. Realmente es una situación difícil, que mantiene en vilo a todo el pueblo, con hechos que nos llegan a través de los diversos medios de comunicación, llenándonos de espanto y acentuando la intranquilidad más allá de las fronteras conocidas.
Ese delincuente que nos provoca miedo, posee un dominio de todas y cada una de las técnicas, para poderse apropiar de lo que persigue, ya que son tantas que a diario estrena nuevas modalidades, lo que nos llena de impotencia a la hora de enfrentarlo por lo difuso y confuso del accionar.
Pero más preocupante, es que tampoco sabemos si ese a quien no conocemos, pero le tememos y hacemos inversiones para mantenerlo alejado, para que no nos afecte, puede ser uno de aquellos que habla en nombre de las reglas y que debe ser el que reprenda y castigue a los que ponen en peligro la ciudadanía.
Pero desconocemos si a quien le huimos, es nuestro vecino, que por ser dependiente de una sustancia controlada por las autoridades, cuando le hace falta la droga ataca no sólo a los moradores, sino que lo hace hasta con su propia familia, con maltratos físicos y morales, usando la violación en algunos casos y en otros quitándole la vida, como todos aquellos que a diario se convierten en contenido de los distintos medios de comunicación.
E-mail: amable_guzman@hotmail.com

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