Por: Lic. Amable Guzmán
Siempre ha
existido el temor desde la aparición del hombre sobre la tierra y en la medida
que surgen los intereses particulares o se desea el bien ajeno.
Estamos convencidos
que hoy vemos reacciones de manifestación del miedo, a las cuales nunca
imaginamos que pudieran ocurrir, sobre todo en nuestro país, después de pasadas
las épocas de coerción a la libertad, la más reciente llamada los doce años de
Balaguer, donde las personas se limitaban de realizar ciertas actividades, por
temor a ser blanco de los serviles del gobierno.
Esas situaciones
limitativas, amedrentan a unos mientras a otros los indigna, llenándose de ira
y coraje, levantando los ánimos, para expresarse en contra de la manera de
conducir los destinos de un país por un determinado gobierno, formándose
escenas y cuadros que son parte de una historia, donde los protagonistas son
decenas de dominicanos que entregaron sus vidas, defendiendo ideales a favor de
la causa.
Otras acciones
de protestas hicieron cambiar el estilo de gobernar del Dr. Balaguer, cuando en
el año 1978, se le dio un voto en contra a su política represiva. Más tarde
vuelve a convertirse en el Presidente de los dominicanos, realizando un mandato
con características diferentes a las anteriores.
Son situaciones
que, perfectamente se sabe cual es el objetivo a vencer para expresarse de
distintas maneras, denunciando que no se comparten los postulados presentados
por un determinado gobernante.
Hay otros
escenarios del temor, que llena de espanto, porque aquí el enemigo posee tantos
perfiles que, resulta imposible identificarlo, este comparte entre nosotros, no
por una idea política o social como los casos que vimos anteriormente, lo hace
porque su propósito es robar y esa acción no importa si la cantidad de dinero es
poco o mucho, no importa si es de día o de noche, no importa que esté en
soledad o haya muchas personas, no importa que sea un bien de poca monta o de
gran valor, no importa que sea un bien público donde todos somos dueños, no
importa si la víctima es indefensa o no. Basta que lo que posea le interese por
el momento al delincuente, jugándose la víctima su vida, entre la decisión de
un bandido, que no aporta ni aportará nada a la sociedad.
El robo es
condenado en todos los regímenes legales del mundo, ni siquiera en “La Baraja
Bendita”, Glauco del Mar, pudo justificar romper una vitrina robando su
contenido, para dar de comer a su familia, basando su defensa en los diversos
formatos de la baraja.
Esas personas
que, permanentemente nos mantienen con el temor a flor de piel, usando nosotros
mecanismos de defensa y tomando acciones que ofrezcan un poco más de seguridad,
ante cualquier eventualidad. Con un arsenal de interrogantes que se quedan en el
silencio, sobre si es hombre o mujer el que puede tomar acción violenta contra
nosotros, es un miembro de la familia o cualquier ciudadano; la edad que puede
tener, su tamaño, color de piel, lugar de origen, su descendencia, prontuario
ante hechos similares, si es conocido o no. Realmente es una situación difícil,
que mantiene en vilo a todo el pueblo, con hechos que nos llegan a través de
los diversos medios de comunicación, llenándonos de espanto y acentuando la
intranquilidad más allá de las fronteras conocidas.
Ese delincuente
que nos provoca miedo, posee un dominio de todas y cada una de las técnicas,
para poderse apropiar de lo que persigue, ya que son tantas que a diario
estrena nuevas modalidades, lo que nos llena de impotencia a la hora de
enfrentarlo por lo difuso y confuso del accionar.
Pero más
preocupante, es que tampoco sabemos si ese a quien no conocemos, pero le
tememos y hacemos inversiones para mantenerlo alejado, para que no nos afecte,
puede ser uno de aquellos que habla en nombre de las reglas y que debe ser el
que reprenda y castigue a los que ponen en peligro la ciudadanía.
Pero
desconocemos si a quien le huimos, es nuestro vecino, que por ser dependiente
de una sustancia controlada por las autoridades, cuando le hace falta la droga
ataca no sólo a los moradores, sino que lo hace hasta con su propia familia,
con maltratos físicos y morales, usando la violación en algunos casos y en
otros quitándole la vida, como todos aquellos que a diario se convierten en
contenido de los distintos medios de comunicación.
E-mail:
amable_guzman@hotmail.com
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