© Fotо: SXC.hu
El catolicismo abandona Europa
En la última misa que ofició el papa Benedicto
XVI instó a los católicos a recordar que la fe sin acciones concretas es
igual que un árbol sin frutos. Quizás sea “la voz que clama en el
desierto” –tal como ven muchos expertos a la Europa secular
“postcristiana”.
![El catolicismo abandona Europa](http://spanish.ruvr.ru/data/2013/02/14/1113837766/850128_41828477.jpg.1000x297x1.jpg)
Es más, Benedicto XVI resultó ser mucho menos popular
que su predecesor Juan Pablo II (a quien precisamente acusaban de
coquetear con los valores liberales). La mayoría europea, por lo visto,
no llegó a escuchar al teólogo alemán conservador. Por lo demás, es muy
probable que él mismo no haya encontrado las palabras necesarias. En
general, la crisis del catolicismo europeo se hizo evidente con la
renuncia de Benedicto, y fue en tal grado que el jefe del Departamento
de la Unidad Cristiana, el Cardenal Kurt Koch, hizo una declaración
bastante audaz: “el futuro de la Iglesia Católica no está en Europa”.
Según el prelado, si tuviera que optar entre los europeos y los no
europeos, a condición de que ellos fueran igualmente dignos al trono,
escogería como nuevo Papa a un representante de África o de América
Latina.
El especialista en religiones y traductor Yuri Tabak supone que se trata de un tribuno a la corrección política:
–Se trata del cumplimiento de ciertas normas nuevas
del mundo contemporáneo. La opción no se hará de forma eurocentrista.
Se hará tal como lo necesita la iglesia. Sin duda, hay una crisis: los
escándalos relacionados con la pedofilia, que literalmente conmovieron
la iglesia varios años; el tema de los contraceptivos que contradicen la
lucha contra la difusión del SIDA. No se puede compaginar la
prohibición de los contraceptivos y el desvelo por la salud de millones
de católicos, particularmente africanos; el celibato entre los
sacerdotes. Muchos de ellos exigen la abolición de la prohibición
medieval. Incluso existe una asociación, que comprende a más de ochenta
mil exsacerdotes casados, que demandan reformas religiosas. Las
tendencias protestantes son muy fuertes, incluso en la patria de
Benedicto XVI. Los obispos alemanes son unos de los más liberales en el
mundo católico. Al propio Papa se le acusa incluso de muchos pecados.
Hace mucho que se habla de la asunción al Trono Papal
de un candidato negro, se lo hizo aún en el anterior cónclave de 2005, y
esto no tiene nada de extraordinario, lo más probable es que sea el
reflejo de las tendencias objetivas que se perfilan en la Iglesia
Católica. El carácter secular de la mayoría de los países, en los que el
catolicismo está difundido, lanza nuevos retos a la Iglesia Católica.
Teniendo conciencia de que, en virtud de razones objetivas, no está en
condiciones de resolver esos problemas, Benedicto pudo haberse decidido a
ceder ese derecho a su sucesor. Yuri Tabak añade:
–La iglesia como instituto religioso tiene un
problema común, que concierne a todas las confesiones. Por su esencia,
la iglesia está llamada a preservar los valores conservadores, a
mantener la continuidad con el pasado. La iglesia no debe “darse prisa”
detrás de la vida de la sociedad, debe conservar intacto lo mejor que
hubo en el pasado, ciertas normas éticas tradicionales, llevarlas en si
como un tesoro. Al propio tiempo, no debe convertirse en un gueto, en el
que los valores “se secan” y se convierten en ciertas reliquias. Debe
ir delante de la sociedad, conducirla y enseñarle. Ahora se puede
reconocer, al menos, que eso a la Iglesia Católica no le resulta muy
bien.
Y, en este sentido, muchos expertos contemplan la
renuncia de Benedicto XVI como una buena señal. Se trata de un viraje
que marca época y que puede ejercer una influencia enorme sobre los
creyentes. El secretario general de la Confederación de Obispos
Católicos de Rusia, Ígor Kovalevski, dice:
–El hecho de que el futuro de la iglesia católica
no está en Europa se debe, sobre todo, a la situación demográfica en el
mundo, a la cantidad de católicos. Realmente la mayoría de los católicos
no vive en Europa (igual que la mayor parte de la población del mundo).
Quiero subrayar que ante todo no son europeos. En segundo lugar, la
crisis de la iglesia no tiene un significado exclusivamente negativo. La
crisis es la posibilidad de reconsiderar la situación, la posibilidad
de cambios. La crisis siempre acarrea algunas consecuencias favorables
para el desarrollo de la situación.
La mayoría de los analistas coincide en que la Iglesia
Católica necesita a un dirigente que compagine la experiencia pastoral y
la administrativa. Pero esto no es lo principal. Más importante es que
el nuevo Papa sea relativamente joven y que tenga carisma, que sea capaz
de captar las simpatías de una amplia opinión pública. Si se observan
estas condiciones, su nacionalidad y ciudadanía serán un asunto privado,
a la vez que el cristianismo en Europa obtendrá la posibilidad de una
nueva vida.
mj/kg/sn (La Voz de Rusia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario