domingo, 25 de diciembre de 2016

¿ANTE QUIEN O QUIENES SON DEMANDABLES ESTOS DERECHOS?

Por Juan Pablo Acosta
Resultado de imagen para juan pablo acosta garciaEl artículo 44 de la Carta Magna establece: “Toda autoridad o particular que los viole está obligado a resarcirlos o repararlos conforme a la ley”, es decir, que se puede exigir su respeto y reparación tanto al Estado como a cualquier persona particular.
RESPONSABILIDAD ETICA DEL PERIODISTA
Podemos afirmar, sin ningún temor a equivócanos, que en nuestro país la democracia no existiría si no hubiese una prensa libre y responsable, o al menos no existiría como la conocemos hoy. Sin embargo, al Periodista, igual que a cualquier otro ser humano, le acechan inúmeras trampas, que pudieran hacerle caer.
De ahí que la Deontología de la Comunicación es fundamental en el marco del ejercicio del periodismo, sin importar el medio para el cual se trabaje. Dije al inicio de estas palabras que: “Un medio de comunicación en manos de una persona irresponsable, o corrupta, agrego ahora, es peor que un arma de destrucción masiva cualquiera, pues si bien no se destruye físicamente al ser humano con la palabra, sí se hace moralmente, que en ocasiones es peor”.
¿Qué es la Deontología Periodística o simplemente la Ética periodística? Puede definirse esta como un conjunto de normas éticas y morales a las que debe ajustar el comunicador sus actuaciones, tanto públicas como privadas. El periodista no puede tener una doble vida. Su comportamiento privado será celosamente observado como si se tratara del público. El Periodista debe actuar siempre sobre la base de tres pilares fundamentales que son:
1)-INDEPENDENCIA ECONÓMICA. Si el periodista no es bien remunerado, es decir, si carece de independencia económica, si no recibe un sueldo y salario cónsonos con su trabajo, podría eventualmente caer en una trampa: informar por paga o chantajear. ¿Existe este mal en la comunicación dominicana?
2)-INDEPENDENCIA ACADEMICA Y DE OPINIÓN. El Periodista no puede estar sujeto a la opinión de ningún otro periodista ni de nadie. No debe hablar con temor a perder un anuncio o empleo. No debe recibir dádivas que le impidan emitir con absoluta dignidad e independencia las opiniones que emite en el medio. Por eso, el periodista debe prepararse cada vez más, sobre todo, por lo complejo del mundo hoy y finalmente la información.
3)-LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Si el periodista no goza de la suficiente libertad para expresarse en el medio, su trabajo será siempre mediocre. Es necesario que él pueda expresar con entera libertad lo que piensa. Obviamente, si bien es cierto que el periodista tiene derecho de expresarse libremente, no menos cierto es también que debe tener los límites que establece la Constitución de la República, los tratados internacionales y las leyes.
La UNESCO ha implementado en el Código Internacional de Ética, diez principios básicos y recomienda que el periodista los observe. Estos son los siguientes:
1. El derecho del pueblo a una información verídica. El pueblo y las personas tienen el derecho a recibir una imagen objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa, y de expresarse libremente a través de los diversos medios de difusión de la cultura y la comunicación.
2. Adhesión del periodista a la realidad objetiva. La tarea primordial del periodista es proporcionar una información verídica y auténtica con la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado, manifestando sus relaciones esenciales -sin que ello entrañe distorsiones-, y empleando toda la capacidad creativa del profesional a fin de que el público reciba un material apropiado que le permita formarse una imagen precisa y coherente del mundo, donde el origen, naturaleza y esencia de los acontecimientos, procesos y situaciones sean comprendidos de la manera más objetiva posible.
3. La responsabilidad social del periodista. En el periodismo, la información se comprende como un bien social y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino, en último análisis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales. La responsabilidad social del periodista implica que éste actúe en todas las circunstancias en conformidad con su propia conciencia ética.
4. La integridad profesional del periodista. El papel social del periodista exige que la profesión mantenga un alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del periodista a abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes de información, y también el derecho de participar en la toma de decisiones en los medios de comunicación en que emplea. La integridad de la profesión prohíbe al periodista el aceptar cualquier forma de remuneración ilícita, directa o indirecta, y el promover intereses privados contrarios al bien común. El respeto a la propiedad intelectual, sobre todo absteniéndose de practicar el plagio, pertenece, por lo mismo, al comportamiento ético del periodista.
5. Acceso y participación del público. El carácter de la profesión exige, por otra parte, que el periodista favorezca el acceso del público a la información y la participación del público en los "medios", lo cual incluye la obligación de la corrección o la rectificación y el derecho de respuesta.
6. Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre. El respeto del derecho de las personas a la vida privada y a la dignidad humana -en conformidad con las disposiciones del derecho internacional y nacional que conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del otro-, así como las leyes sobre la difamación, la calumnia, la injuria y la insinuación maliciosa, son parte integrante de las normas profesionales del periodista.
7. Respeto del interés público. Por lo mismo, las normas profesionales del periodista prescriben el respeto total de la comunidad nacional, de sus instituciones democráticas y de la moral pública.
8. Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas. El verdadero periodista defiende los valores universales del humanismo, en particular la paz, la democracia, los derechos del hombre, el progreso social y la liberación nacional; y respeta el carácter distintivo, el valor y la dignidad de cada cultura, así como el derecho de cada pueblo a escoger libremente y desarrollar sus sistemas político, social, económico o cultural. El periodista participa también activamente en las transformaciones sociales orientadas hacia una mejora democrática de la sociedad y contribuye, por el diálogo, a establecer un clima de confianza en las relaciones internacionales, de manera que favorezca en todo la paz y la justicia, la distensión, el desarme y el desarrollo nacional. Incumbe al periodista, por ética profesional, el conocer las disposiciones existentes sobre ese tema y que están contenidas en las convenciones internacionales, declaraciones y resoluciones.
9. La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad confronta. El compromiso ético por los valores universales del humanismo previene al periodista contra toda forma de apología o de incitación favorable a las guerras de agresión y la carrera armamentista, especialmente con armas nucleares, y a todas las otras formas de violencia, de odio o de discriminación, en particular el racismo y el apartheid, y le incita a resistir a la opresión de los regímenes tiránicos, a extirpar el colonialismo y el neocolonialismo, así como a las otras grandes plagas que afligen a la humanidad, tales como la miseria, la desnutrición o la enfermedad. Así, el periodista puede contribuir a eliminar la ignorancia y la incomprensión entre los pueblos, a hacer los ciudadanos de un país sensibles frente las necesidades y deseos de los otros, a asegurar el respeto de los derechos y de la dignidad de todas las naciones, de todos los pueblos y de todos los individuos, sin distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicciones filosóficas.

10. Promoción de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación. En el mundo contemporáneo, el periodista busca el establecimiento de nuevas relaciones internacionales en general y de un nuevo orden de la información en particular. Ese nuevo orden, concebido como parte integrante del nuevo orden económico internacional, se dirige hacia la descolonización y la democratización en el campo de la información y de la comunicación, tanto en los planos nacional como internacional, sobre la base de la coexistencia pacífica entre los pueblos, en el respeto pleno de su identidad cultural. El periodista tiene el deber particular de promover tal democratización de las relaciones internacionales en el campo de la información, notablemente salvaguardando y animando las relaciones pacíficas y amistosas entre los pueblos y los Estados. (El texto fue publicado el 20 noviembre de 1983)”

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