sábado, 7 de septiembre de 2019

RECHASEMOS EL OLVIDO


Por Juan A. Peña Lebrón
La llamada “Era de Trujillo”, amarga etapa de la vida de la República Dominicana, y el ajusticiamiento de quien le dio ese nombre, el 30 de mayo de 19 ó1, son hechos históricos que los dominicanos en general, y muy especialmente los mocanos, no debemos permitir que sean cubiertos por el manto del olvido.
Esta reflexión cobra vigencia hoy más que nunca, cuando el desenvolvimiento de nuestra vida pública actual solo puede entenderse como resultado de la decapitación del tirano, la cual abrió de par en par las puertas de la libertad en nuestra Patria.
Dos intelectuales mocanos han aportado juicios esclarecedores en torno al tema. El doctor Adriano Miguel Tejada, en reciente  entrevista en Madrid, afirmó lo siguiente (citamos): "La memoria histórica es un asunto seriamente pendiente en República Dominicana, que sigue afectando el día a día de los ciudadanos, ya que aquí nunca se hizo un proceso de destrujillización, porque todos nos sentíamos culpables de haber formado parte del régimen de alguna manera" y al dejar pendiente ese proceso "se dejaron también instituciones de la dictadura que todavía mantienen prácticas de aquella época".
Y amplía el docto Tejada su reflexión, agregando " No hemos podido reformar unas costumbres muy autoritarias; tampoco algunos destellos de la cultura de sumisión, sobre todo en las clases más bajas, simplemente porque el proceso no se hizo, y esa es la gran tarea inconclusa de la sociedad dominicana" (Ver diario "La Información", 12 junio 2019, pág. 3-C).
Por su parte, el doctor Eduardo García Michel, en su libro "30 DE' M.AYO - TRUJILLO AJUSTICIADO", hace un análisis de la gesta liberadora del 30 de mayo dé 1961, que puso fin a la oprobiosa tiranía de 31 años, haciendo notar la participación que en la misma tuvo un grupo de mocanos, encabezados por Antonio de la Maza Vásquez y sus hermanos Mario y Ernesto de la Maza Vásquez, y por el doctor Eduardo Antonio García Vásquez, padre del autor de la obra. También destaca este valioso tex-to histórico, la participación destacada del General Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barreras, Luis Amiama Tió, Salvador Estrella Sadhalá, Tunti Cáceres, Amado García Guerrero, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda Reyna, ingeniero Roberto Pasoriza, Modesto Díaz, Miguel Ángel Báez Díaz y otros participantes, cuyos nombres habían permanecido en la sombra, los cuales era de justicia rescatar del olvido.
Además de lo anterior, la obra del doctor García Michel ofrece un panorama de los horrores que vivió el pueblo dominicano bajo la crueldad sin límites del tirano, cuya alma rencorosa cometió las acciones más perversas que la mente humana puede imaginar, comenzando con la violación al derecho a la vida y la seguridad de las personas, así como a la libertad de reunión y de asociaci5n para fines pacíficos, o para constituir partidos políticos, sindicatos, instituciones de todo orden, ejercer el comercio, viajar libremente al extranjero, y todo otro derecho que pudiera implicar disidencia frente al egoísmo enfermizo del dictador y sus acólitos.
Un alto funcionario del Gobierno de Venezuela, el doctor Laureano Valenilla Sanz, quien tuvo oportunidad
de conversar el tirano en el mes de octubre de 1953, en su libro "Escrito de Memoria' , hace un retrato que pinta a cabalidad la imagen abominable del dictador dominicano. A continuación, un trozo de ese retrato:
"En cuanto a Trujillo, es un caso especial, una personalidad poco común. Por momentos he tenido la impresión de que es el único habitante de la República Dominicana. Los demás apenas si existen físicamente. está presente en todas partes. ~s mucho más que un tirano. Una obsesión. Habla, piensa y actúa en nombre de dos millones de millones de personas que ni habían, ni piensan, ni actúan. o conozco antecedentes históricos parecidos. Otros déspotas están limitados en su acción por su incapacidad o indiferencia para abarcar ciertos problemas o por la gran capacidad de los gobernados que generalmente no admiten una tutela integral. La dictad a de Gómez fue relativa.
Mandaban muchos a través de él o validos de él. Con Trujillo no. No hay gran visir ni personas influyentes. Dispone de todo, absolutamente de todo. Ningún dominicano escapa a su dominio, aun los emigrados. Va a buscarlos donde estén para liquidarlos o someterlos             a su férula. Me han contado que interviene hasta en la moda femenina. El amor, inclusive lo desierta y lo extingue a su antojo.
A su muerte, el pueblo tomará tiempo para eliminar la tremenda droga que lo mantiene aletargado. Trujillo es un barbitúrico. Ignoro hasta qué punto pueda ser beneficioso para un país engendrar una personalidad con tales características, así lo salve de la miseria y de la anarquía.
Lo antes expuesto os hace ver por qué no debemos olvidar ni la era de Trujillo, ni la muerte del tirano.         

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