Por: Lic. Amable Guzmán
Por la manera que
actuamos frente a diversas situaciones de nuestro diario vivir; me inclino
primero a producir una definición de la expresión sentido común; para crear un
marco de mejor entendimiento del origen de nuestra preocupación social.
Cuando los
conocimientos y creencias, la comunidad decide compartirlos; porque los estima
como lógicos y prudentes. Es la capacidad natural de juzgar los acontecimientos
y eventos de una manera razonable.
Cuando no actuamos
usando este principio de vida, desarrollamos una dosis bastante elevada de
egoísmo, que llevamos dentro; sin importarnos el otro; sino mi persona; no
sintiendo ningún tipo de culpa por aquello, que se produjo, porque son
insensibles ante el dolor particular.
La información de
que un avión, uno de sus motores se incendió en el aire y el piloto, usando su
buena experiencia; logró aterrizar; permitiendo que los pasajeros pudieran
salir, antes que las llamas abrasaran la aeronave. Sin embargo, en esta parte
es que entra la falta de sentido común, por personas que no piensan de manera
colectiva; sino que le dan más importancia a lo material o sea aquello, que se
puede recuperar y preservar la vida de cada uno de los viajeros y el personal
de apoyo de la tripulación. Sucediendo, que aquellos que estaban cerca de las
puertas de salida, desafiando el peligro y tomando decisiones por los otros;
bloquearon los pasillos; sacando sus pertenecías de mano de los compartimientos
dispuestos en la parte superior, produciendo un caos, mientras las llamas
avanzaban sin contemplación; provocando la muerte de algunos de los pasajeros.
Estas muertes tienen
responsabilidad, en la falta de pensar y ponerse en los zapatos del otro; a
veces nos volvemos muy nosotros, sin tener pendiente al otro; sin ni siquiera
establecer los mínimos esfuerzos para entender la vida de las demás personas;
solo en lo que nos importa y desechando todo el esfuerzo que los demás hacen
para convivir y participar de los mismos espacios y derechos de este mundo.
Es posible, que en
ese vuelo viajaban niños, adultos mayores, algunos discapacitados o enfermos
que, de seguro ante una emergencia, necesitarían de la ayuda de otros, para
poder escapar del peligro al que estaban sometidos.
Un caso tomado
como ejemplo; pero a diario vemos acciones similares; que nos deben llamar a
reflexionar y saber que, el sentido común debe estar presente en cada acción a
emprender; sabiendo que vivimos en una sociedad y que siempre será un
intercambio de favores; pues lo que hacemos hoy por otros, mañana lo podemos
necesitar. E-mail:
amable_guzman@hotmail.com
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