domingo, 1 de marzo de 2020

REFLEXIONES DE LUIS TAVERAS


El próximo 16 de febrero serán celebradas las elecciones municipales en las 158 demarcación territoriales correspondiente a los municipal y 235 distritos municipales. Eso significa que los distritos municipales gobiernan el 56 por ciento del territorio nacional; la referencia que se tiene de este tipo de comicios son las elecciones del 4 de mayo de 1968, sin embargo, eran de medio términos (es decir a mitad de las generales que se celebraron dos años después en 1970). Las de ahora son inéditas porque tres meses después serán las elecciones para escoger las autoridades congresionales y presidenciales.
En la Provincia Espaillat para febrero deben celebrarse elecciones municipales en 5 municipios y diez distritos municipales de los cuales solo Moca concentra el 80 por ciento de esas votaciones; esto quiere decir que para las estrategias políticas de los partidos el municipio cabecero constituye un reto y desafío salir airoso en este certamen electoral en esta plaza.
¿Cuáles son las características de Moca como municipio? Como una novedad hay que replantear el concepto de territoriedad a partir de una reformulación de lo rural-urbano; no es sólo una cuestión geográfica sino de recomposición de la representación política y social en la sala capitular; es planificar el crecimiento para convertirlo en desarrollo; hasta ahora la planificación de los entornos urbano-rural ha sido canalizada a través de la especulación inmobiliaria ocasionando una irracional y distorsionada visión de una Moca caótica y confusa que nubla sus posibilidades de los cambios y transformaciones que se necesita para convertirla en una ciudad vivible y habitable(esto ha sucedido porque ha contado con la anuencia de una sala capitular que  términos históricos ha contado con una  genuflexión que colinda con  esos intereses); los esfuerzos no se han centrado en realizar una gestión que tenga un alto contenido de fiscalización ciudadana; existe una desigual participación de las comunidades en un presupuesto participativo casi invisible;  la ausencia de políticas municipales de una migración temporal que utiliza el suelo de la ciudad como trampolín para irse a otro lugar pero que habita de forma efímera y consume por igual ejerce de manera transicional los espacios urbanos originando una forma de pobreza escalofriantes y desbordamiento absurdo de los suelos; la circulación se vuelve casi incierta ocasionando terror ante un tránsito demencial en insensato.
 Hay que involucrar al gobierno de la ciudad en la búsqueda de solución de este pandemónium;  mientras eso sucede ante los ojos estupefactos de una élite social inconclusa(política, económica y social), pululan como la verdolaga decenas de candidatos a los puestos municipales desconocidos y sin la solvencia de un arraigo ciudadano que respalden esas aspiraciones; aún no he visto (salvo el equipo del PLD que promueve a Guarocuya) presentar públicamente sus propuestas; no veo que la sociabilicen (incluyendo la Guarocuya) en los sectores activos de la población (medio de comunicación, entidades escolares, universidades, empresarios, intelectuales, iglesias, etc) para que estos se conviertan en protagonistas de un proceso que está llamado a utilizar sus mejores cerebros  ante la posibilidad de quiebra de una ciudad (como la de Moca) que requiere de una transformación real y hacerla más asequible a sus habitantes y más vivible para sus ciudadanos.

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