lunes, 5 de octubre de 2020

Perfiles del maestro exitoso

 

Sección Pedagógica

Por Antonio Utate

Tener vocación, bien formado en principios, civismo, urbanismo, etiqueta y protocolo, en valores humanos y cristianos, éticos, morales y en cortesía.

Poseer una sólida formación profesional en ciencias de la Educación y mantenerse en constante actualización. A través de diplomados, especialización, maestría, doctorado, cursos, talleres, seminarios, congresos y conferencias.

Demostrar con amor, vivir y disfrutar lo que realiza, demostrando que es un maestro en el centro educativo y en cualquier espacio donde le corresponda interactuar, por ser el segundo padre y madre. Además, debe ser un ejemplo a seguir en la sociedad.

Ser el investigador por excelencia, porque es a él que le corresponde guiar la formación de los demás científicos, tomando como fuente las estadísticas de su centro educativo, para desarrollar investigaciones que contribuyan con la ciencia de la educación, vía artículos científicos, libros, ensayos, charlas, conferencias y otros.

Ser líder pro-activo y previsor del conflicto, antes de demostrar que es un excelente solucionador del mismo. Ser analítico y crítico, al comparar los avances en otras latitudes con igual o mayor rendimiento en las distintas áreas del currículo y otras áreas de la educación.

Ser un artista en el desempeño de cuantas estrategias, métodos, técnicas y motivaciones le sean posible, con el propósito de lograr con eficiencia los aprendizajes.

Hacer de la lectura una cultura, para poder entenderse técnica y científicamente entre los mejores, porque a mayor conocimiento, mayor intelectualidad y mayores oportunidades de volar bien alto como Juan Salvador Gaviota.

Conocedor y manejador de la tecnología, la comunicación y dominar varios idiomas, porque así lo demanda la geopolítica, la eliminación de las fronteras físicas e idiomáticas.

Ser humano y justo al evaluar el rendimiento académico de sus estudiantes, para que jamás lo confundan con el comportamiento conductual y evitar así los conflictos innecesarios.

Ser creativo, innovador, integrador, negociador, afectuoso, padre, amigo y diagnosticador, para poder facilitar el aprendizaje con calidad, amo, pero con disciplina y respeto.

Ser un misionero y visionario de su rol, pero para esto nunca deberás resistirse a los cambios que se van operando como consecuencia de los avances de la ciencia.

Maestro tened siempre presente que el receso en el centro educativo no es para él, sino para sus estudiantes, por lo tanto, es su tarea observar el desenvolvimiento de estos y tomar cuántas medidas sean pertinentes y, a su debido tiempo. Además, pensar muy bien antes de actuar.

Respetuoso de las creencias y culturas que puedan poseer sus estudiantes y ser un animador constante de sus talentos e inducirlos también al éxito.

Olvidarse del conformismo y ser un constante aspirante a los ascensos de funciones mediante concursos de oposición nacional e internacionalmente. Su meta debe ser la de dejar huellas positivas.

Ser un conocedor de las normativas existentes en materia educativa, no solo para cumplir con el deber y exigir los derechos, sino, para con justicia aplicar las medidas establecidas.

 Hoy hay que desaprender para aprender; entender que la ciencia va a velocidad vertiginosa y que no se puede detener ni por un instante, porque ya no se enseña, no eres el centro de la clase, las operaciones aritméticas están en la calculadora del celular, que vamos hacia la desaparición del lápiz, cuaderno, libro, pizarra y aula física.

El maestro de este tiempo debe comprender que no debe ofender verbal, psicológica, ni físicamente a los estudiantes y respetar la Ley 136-03 sobre niños, niñas y adolescentes, así como el Manual de Convivencia Escolar.

Es preciso que el maestro aproveche la oportunidad de atraer a los padres al centro educativo y así mutuamente conocer, observar, dialogar y diagnosticar, para lograr juntos los objetivos en común de educar y guiar el proceso de aprendizaje en el hogar y la escuela.

El maestro de hoy deja de ser un especialista de un área del curriculum, para convertirse en el especialista de la comunicación digital, de lenguas extranjeras, sociología, psicología, pedagogía y de una amplia cultura general, por la facilidad que permite la tecnología y el internet.

El maestro de hoy debe descender al nivel del niño, para crecer con él jugando, corriendo, bailando, aprendiendo y, sobre todo, amándolo, acariciándolo y soñando como lo dijo Jesús: “dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Maestro tus armas hoy son los libros, la pedagogía, la tecnología, los valores, el amor por los niños y la satisfacción del deber cumplido, para con los que en el mañana aspiran a ser como tú.

Cuando los profesionales en el mañana sonrían de felicidad, habrán entendido el gran papel que desempeñaron los maestros en favor de la cultura y la sociedad.

¡Oh, Padre Celestial!, dale al maestro la sabiduría de Salomón y la paciencia de Job, para que pueda guiar con humanismo, amor, ternura y afecto a las criaturas que buscan en él su sabiduría.

Maestro haz que tu centro educativo sin entrar en competencia sea el mejor, reconocido por su ejemplo en la aplicación de proyectos, rendimiento académico, promoción, docentes capacitados, enamorados de sus tareas, buscadores de los padres, para en equipo lograr los éxitos de sus hijos y en felicidad disfrutar con alegría, en convivencia escolar y familiar.

Recuerda maestro, Napoleón Bonaparte decía que la “educación de un niño comienza veinte años antes de su nacimiento, con la educación de sus padres”.

Facilite al maestro la sabiduría de Salomón y la paciencia de Job, para que facilite mayor conocimiento y con paciencia a los jóvenes inquietos y ávidos de ideas verdaderos a los estudiantes.

Los ojos del maestro deberían ser como los del águila, para que pueda observar en lo más profundo del cerebro de sus estudiantes, los que estos piensan de la tarea que realiza y los oídos, deberían ser biónicos, para que pueda escuchar la intensidad de los latidos del corazón de ellos, al lograr sus aprendizajes.

Maestro, la falta de: planificación, dinamismos, realización de acciones pasivas, desmotivación y de actividades mal dirigidas producen indisciplinas que al castigarlas injustamente, causan conflictos, agresividad y malestares con sus respectivas consecuencias funestas, para el proceso de aprendizaje.

Maestros, ustedes son, después de los padres de sus estudiantes, los artistas favoritos de ellos, razón más que valedera para que se cohíban de cometer errores, ni frente, ni a escondidas de ellos.

Poned en práctica estos perfiles y le prometo que será un éxito y no tendrán que “reparar hombres rotos”, ni construir cárceles modelos y los hombres serán más libres; no habrá delincuentes, habrá más paz, progreso y trabajo.

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