domingo, 29 de junio de 2008

A FAVOR DE LA CULTURA

LOS MUNICIPIOS. (130)

LA MOCA UTOPICA (60)

Artagnan Pérez Méndez

A FAVOR DE LA CULTURA. (Continuación) La guía de turismo continuó explicando el proceso histórico de la nación dominicana, al grupo de turistas que nos acompaña, muchos de ellos llegados de Méjico. Les dijo:
- Después de la invasión haitiana de Boyer, tuvimos ocupados durante 22 largos años por las huestes del hermano país. Pero Juan Pablo Duarte, que se había educado en Europa, regresó al país y fundó en la ciudad de Santo Domingo, una sociedad secreta llamada la Trinitaria, porque se fue integrando con grupos de tres hombres que a su vez seleccionaban otros tres. Al mismo tiempo, Duarte los iba ilustrando y dándoles a conocer los principios ciudadanos y al mismo tiempo les exigía sacrificios de carácter económico para contribuir con la causa de la liberación del pueblo.
“La instalación de esta sociedad, -continuó explicando la guía- se hizo en la casa morada de uno de ellos, llamado Juan Isidro Pérez, la cual estaba ubicada en la ciudad capital, frente a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Según uno de los integrantes, llamado José Maria Serra, que tomó el nombre de Temístocles, los otros integrantes fueron Juan Pablo Duarte, quien tomó el pseudónimo de Arístides, Vicente Celestino Duarte, José Maria Serra, Benito González, que utilizaba el pseudónimo de Leonidas, Felipe Alfau y Bustamente, quien tomó el nombre de Simón, y Pedro Alejandrino Pina. Es evidente que tomaron parte otros, pero no todos tuvieron el mismo desempeño y fe en la misión. Los fundadores juraron por su honor y su conciencia, frente al fundador Juan Pablo Duarte, cooperar con su persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominaría República Dominicana, que es precisamente la Patria, que hoy día, con entusiasmo y cariño los recibe a cada uno de ustedes.
- También los trinitarios fundadores juraron que la nueva nación que iba a nacer tendría un pabellón tricolor, dividido en cuartos encarnados y azules, atravesados por una cruz blanca, debiendo reconocerse los iniciados con las palabras sacramentales de Dios, Patria y Libertad, pero Juan Pablo Duarte les advirtió que la cruz no era signo de padecimiento sino el símbolo de la redención y que bajo su égida que quedó constituida la sociedad La Trinitaria.
El Presidente haitiano Boyer, -continuó explicando la guía- tenía serios problemas con Francia cuyas relaciones se habían interrumpido con la llegada de un cónsul llamado Monsieur Molien. Un jefe departamental haitiano, que había nacido en la ciudad de Puerto Plata, General Jacques Simón, sometió a su presidente una relación de las propiedades rurales de la jurisdicción bajo su mando. Según los informes que se suministraron al Presidente Boyer, Moca, tenía un jefe de escuadrón llamado Melard Mathieu. En ese informe, entre otras cosas, se dijo que la seccion Safarella, que luego es Zafaraya, tenía un capitán llamado Antonio de Peña y allá se cultivaba tabaco y frutos menores. En Las Guázumas estaba el capitán Antonio Alvarez, en Paso de Moca Blas Garcia y todas estas comarcas campesinas tenían buenos y abundantes cultivos, según los informes suministrados al Jefe Boyer, pero es justo consignar que estos informe eran acomodaticios, porque en honor a la verdad para 1840 la vida de los nacionales era insoportable bajo el yugo de los haitianos.
La realidad era, -continuaba explicando la guía- que en casi todos los pueblos había mucha opresión como por ejemplo la que en Moca ejerció el Jefe de Escuadrón Medard Mathieu. Las rivalidades se agudizaron más para las sesiones de los representantes, muchos de los cuales eran de este lado del territorio y como si todo esto fuera poco, el 7 de Mayo de 1842, ocurrió un terremoto que estremeció a Santiago, La Vega, Cabo Haitiano, Puerto de Paz, Gonaives y San Marco. Si tengo tiempo, -dijo la guía- les voy a obsequiar, a cada uno de ustedes, la elegía de Juan Jose Illias escritas en ocasión a ese tremendo movimento sísmico. Al terremoto siguió un tremendo pillaje, que se sintió mucho en Santiago, pero no tanto aqui en Moca, donde se encontraba de cura párroco el padre Silvestre Núñez, quien junto a otros curas de diferentes comunidades parroquiales, sin abandonar sus pueblos y feligreses, ayudaban a las gentes con apostólico fervor.
La guía, notando el entusiasmo de los mejicanos, continuó diciéndoles:
- El mismo día 7 de Mayo en el cual ocurrió el terremoto, se dejó ver en el cielo un gran meteoro, el cual ocurrió cuatro o cinco horas antes del terremoto, entre las ocho y las nueve de la noche y esa misma noche, templo la tierra. Como ocurre siempre después de un gran sismo, la tierra se quedó temblando durante varios días. Estos movimientos sísmicos, dejaron la isla de Santo Domingo es estado lastimoso, las gentes estaban llenos de miedo y todos lucían arrepentidos y hacían penitencias públicas. Algo similar ocurrió mucho después, cuando el terremoto del 4 de Agosto del 1946.
Según nos narra el padre de la historia dominicana, -continuó exponiendo la guía- “bajo las inspiraciones de Duarte, la numerosa falange separatista, la cual iba penetrando en la reformista haitiana, que era la de oposición a los absolutistas, contribuyó a preparar los acontecimientos que culminan con la proclamación de la independencia dominicana.

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