Por Venecia Joaquín
Leí los reportajes de un periódico
sobre los candidatos Hipólito
Mejia y Danilo Medina. La información la obtuvieron conversando con familiares,
amigos y vecinos, en el lugar donde nacieron. De manera espontánea y sincera,
expresaron su parecer sobre los niños que vieron nacer y crecer. Hipólito nació
en Gurabo, Santiago. Le decían Cabuyita por su cabello “amarillo”, rubio, lacio
y largo. Danilo nació en Arroyo Cano, San Juan de la Maguana y le llamaban
Nano. Se formaron en contacto con la naturaleza, entre gente sencillas,
trabajadoras, quienes le enseñaban a actuar por buena lid.
Desde pequeño proyectaron la personalidad que hoy exhiben. Hipólito,
extrovertido, Danilo, sobrio. Dicen que Cabuyita
fue siempre alegre, cariñoso, estudioso, chistoso, “sin pelos en la
lengua”. Todo lo decía con sinceridad.
Nunca hablaba mentira y se excusaba cuando ofendía. Entre amigos sobresalía
inventando cosas. Pidió guardar los
libros que usaba para cuando tuviera muchos, regalarlos a los niños cuyos papas
no se lo podían comprar. Era guapo, valiente. No le temía a nada. Salio de
Santiago a los 14 años a estudiar en el Politécnico Loyola y luego a Carolina
del Norte donde se gradúo de Ingeniero Agrónomo. Fue Presidente de la Republica en el periodo
2000- 2004.
Con relación a Danilo, Nano, aseguran que siempre fue un niño sosegado, tranquilo,
estudioso. Con los brazos cruzados observaba
desde lejos, los otros niños jugar y pelear. Lo suyo era estudiar y
ayudar sus padres en la agricultura. “Fue serio desde el vientre de su madre”.
Respetuoso de los mayores. No bailaba ni tomaba alcohol. “Es mas, creo que ni
enamorarse sabia”. Era formal y
responsable. “No va a ser corrupto como muchos”. Dos niños vivían lanzándose
semillas de cajuil y Nano propuso la solución de asarlas para que terminara el juego
con las mismas. Tenía 12 años cuando decidió
ir a la Capital
a estudiar. Hoy, es Ingeniero Químico y candidato a la Presidencia.
La verdad, que disfrute leyendo estas pinceladas de la vida de
Nano y Cabuyita. Tienen la misma personalidad que se vislumbraba desde niño. La
reacción ante un hecho, los describe de cuerpo entero. Me imagino que mientras
Danilo con los brazos cruzados observaba los niños jugar y pelear, Hipólito,
hubiera corrido a involucrarse en el juego o en la pelea para terminar siendo
el protagonista. Nano, se cuida de no ofender. Cabuyita habla sin rodeo, para que lo entiendan.
A mi juicio, los dos tienen
en común que son sinceros, bien intencionados, con familias ejemplares y deseos
de que la nación tenga un desarrollo armónico, equilibrado. La diferencia esta
en el temperamento. Hipólito, decidido, Danilo, más pensador. La otra diferencia
es la vicepresidencia. Parecería que uno
eligió el candidato y al otro se
lo impusieron. Lo importante es que los
dos tengan la tranquilidad de saber, que le acompañara alguien acorde con sus
intereses y manera de ser. Que les inspire confianza y complemente.
¿Quién conviene para
detener este mar de corrupción y miseria que nos arropa? ¿Nano o Cabuyita?. El
pueblo decidirá.
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