Por:
Lic. Amable Guzmán
Así como tenemos que ponernos lentes para
ver mejores, en el caso de querer leer algún tema, que nos pueda interesar;
cuando preferimos enfocar nuestra vista sobre aquello, de lo que queremos tener
los más mínimos detalles y apreciar sus particularidades o en algunos casos se
acude a una lupa y lógicamente tenemos la información deseada, que nos lleva a
hablar con toda la propiedad frente a aquello que observamos.
De esta manera, tienen que venir fenómenos
naturales, que nos impacten fuertemente; para que muchos sectores identifiquen
las debilidades de la pobreza, que convive entre la ostentación de sectores
minoritarios, que hacen gala de una mejor vida, sólo para ellos y su grupito;
porque tienen el privilegio de vivir de la politiquería o de acciones que
desmedran los auténticos valores de la sociedad.
La presencia de las fuertes lluvias y
vientos del huracán Matthew y luego la riada del río de Moca, producto del
fuerte aguacero de aquella tarde, que acabó con todo lo que tenían aquellas
familias, que estaban viviendo en las cercanías del propio río; quien, con su fuerte
corriente de agua, arrasó con todo lo que encontraba a su paso, dejando a la
intemperie decenas de familias, sin techo y sus pertenencias.
Es un espectáculo de mal gusto, como cada
vez que hay amenaza de lluvias; esas personas viven sobre el filo de la navaja,
junto a sus hijos y sus pertenencias; teniendo que acudir a las ayudas
solidarias de las personas y el estado o en su defecto se convierten en carga
para uno que otro familiar, que quizás fue menos afectado y le sirve de refugio
y socorro ante tan mal momento.
Lo irónico es, que yo tengo viendo ese
escenario desde que yo contaba con apenas 9 años de edad y viviendo por muchos
años en el área, donde noches como la mencionada, los organismos de rescate, se
pasaban hasta altas horas de la madrugada, sacando y transportando personas y
ubicándolas en los centros de refugio, que para la época eran las escuelas, que
se destinaban para eso. De donde estos damnificados se quedaban todo el tiempo
hasta, que el gobierno de turno hiciera un proyecto habitacional y le entregara
una casa.
A propósito de este tema, en Moca, se construyeron
varios barrios, como San José y el Nuevo Puerto Rico, que fueron destinados a
favorecer a personas que estaban damnificadas de la zona del río de Moca, que
bordea el Barrio Puerto Rico, El Bolsillo y La Española.
Sin embargo, la cuota de responsabilidad,
recae sobre las autoridades, que hemos tenido durante los últimos cuarenta años,
que han permitido la invasión de estos espacios del río y que personas realicen
ventas de terrenos, sin las condiciones ambientales y mucho menos, sin los más mínimos
servicios hacia una mejor vida y desarrollo social.
Si cuando esas soluciones habitacionales
se hicieron y se entregaron a los verdaderos necesitados, se tomaban decisiones
administrativas de responsabilidad permanente; el cuadro que estamos viendo
cada cierto tiempo, no estuviera ocurriendo. Pero las autoridades se hacen de
la vista gorda, cuando están construyendo en esas zonas advertidas por el
peligro; porque no quieren afectar la imagen de campaña y lastimar a los que lo
pueden beneficiar con los votos, que como candidato estará buscando en un período
de cuatro años.
Esperamos que la sensatez y prudencia de
todos los sectores, logre trazar la raya de Pizarro y que la soluciones, que se
puedan tomar después del más reciente caos para muchas familias, sea definitivo
y las medidas a tomar como prevención, sean basadas en el desarrollo y la
seguridad de todas las personas, para que la pobreza no tenga que desnudarse
ante cualquier evento de la naturaleza. E-mail:amable_guzman@hotmail.com
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